Corramos con Moisés

6/11/2009

¿Nos enseñaría acerca de la zarza ardiendo de su encuentro con Dios? ¿O de la división del Mar Rojo? ¿O de cómo recibió los diez mandamientos? Mejor aún, quizá nos dará conocimientos profundos sobre el liderazgo, como, por ejemplo, ¡de qué manera guiar a dos millones de personas que se quejaban constantemente! ¡hay demasiadas cosas que nos puede enseñar a ti y a mí!

Al final Moisés, el hombre que habló cara a cara con Dios como uno lo haría con un amigo, dice: “Vivan en la zona de la fe, no en la zona de seguridad”.

Salgan en fe
Mientras seguíamos corriendo, Moisés parecía considerar lo que quería decirnos. Finalmente dice: “La historia de la vida de cada persona está escrita con riesgos: unos lo toman y otros lo evitan. Miren mi vida. ¿Creen que hubieran leído mi historia si no hubiera salido de la zona de seguridad?

¿Estuviera incluso hablando con ustedes ahora si no hubiera entrado en la zona de fe? El momento más grandioso en mi andar con Dios llegó en la zarza ardiendo –continuó Moisés-. La decisión que hice allí ese día escribió los siguientes cuarenta años de la historia de mi vida. ¡Fue una decisión que trajo cada día encuentros con el Dios viviente! Sin embargo, en el momento de la decisión, no fue tan sencillo hacerlo”.

Moisés pasa a describir qué tuvo que vencer a fin de mudarse de la zona de seguridad a la zona de fe.

Moisés venció las experiencias de su pasado
Moisés nació en medio de la incertidumbre, pero después su madre lo puso en las manos de Dios y lo llevó a la hija del faraón, viviendo una vida de comodidades. Creció en la zona de seguridad, el palacio del rey de Egipto. Luego cuando tenía cuarenta años de edad, corrió un riesgo.

Abandonó la zona de seguridad y trató de hacer algo grande por él y por su pueblo. Mató a un egipcio mientras defendía a un compatriota hebreo. ¿Cuál fue el resultado de sus esfuerzos humanos? Faraón trató de matarlo a él por esto y Moisés tuvo que huir hacia lo desconocido.

Durante los siguientes cuarenta años de exilio en el desierto, Moisés nunca olvidó sus experiencias en Egipto. ¡Egipto no era el lugar para él!

Moisés venció las comodidades de su presente
Después que Moisés salió de Egipto, pasó los siguientes cuarenta años en el desierto de Madián pastoreando ovejas. Se acostumbró al estilo de vida en ese lugar. El desierto se convirtió en otra zona de seguridad para Moisés. Jetro lo aceptó en su familia y lo hizo parte de ella. Moisés tomó a una de las hijas de Jetro como su esposa y tuvieron un hijo. Moisés tenía un lugar seguro en los negocios de la familia.

¿Por qué desearía dejar todo eso? Tuvo que forjar una nueva vida para él y, aunque no estaba en el palacio, era muy cómoda. Dejó atrás para siempre a Egipto e hizo una total transición.

Moisés venció la inseguridad de su futuro
Cuando Dios llamó a Moisés a través de la zarza ardiendo y le dijo que abandonara su cómoda situación y regresara a Egipto para cumplir la misión de su vida, se sintió totalmente incapacitado para dirigirla. Estaba inseguro por él y su futuro. Como resultado tenía muchas dudas:

- ¿Quién soy yo para presentarme? (Éxodo 3:11)
- ”¿Qué les respondo si me preguntan? (Éxodo 3:13)
- ¿Qué hago si no me creen? (Éxodo 4:1)
- Me cuesta mucho trabajo hablar (Éxodo 4:10)

Cada vez que Moisés planteaba una objeción al llamado de Dios, él le contestaba con detenimiento. Sin embargo Moisés seguía asustado. “Señor – clamó al final -, te ruego que envíes a alguna otra persona” (Éxodo 4:13).

Afortunadamente para Moisés, Dios no le respondió. Y aunque temeroso, Moisés por fin hizo la única cosa que ayuda cuando tenemos dudas de nuestro futuro: se apoyó en Dios, el único que conoce nuestro futuro en cada detalle. Y al hacer esto, aceptó responder el llamado de Dios, dejó su zona de comodidad y regresó a Egipto. Como resultado, los hijos de Israel se liberaron de las manos del faraón.

Palabras de ánimo de Moisés
Pudimos ver que nuestro tiempo con Moisés llegaba a su fin y, antes que partiera, nos dejó estas verdades:
- Nosotros no dejamos con espontaneidad la zona de comodidad.
- El crecimiento comienza cuando dejamos la zona de seguridad.
- La zona de seguridad nos arrebata nuestros grandes momentos y recuerdos.

Oración de Moisés por nosotros:
Dale a mis amigos un saludable descontento. Sácalos de la zona de seguridad de modo que logren vivir cada día en la zona de fe. Hazlos totalmente dependientes de ti, a fin de que hagan cosas más colosales que ellos mismos. Amén.

El Líder Como Pastor

El libro pretendía mostrar las similitudes intrigantes existentes entre el comportamiento de la oveja y del ser humano. Por ejemplo:

• A las ovejas les fascina el pasto más verde. Durante un cierto periodo de seca, las ovejas fueron llevadas hacia un pasto que no les era familiar. Pocos minutos después, estaban forzando la cabeza por los espacios existentes en la cerca de alambre, tratando de alcanzar el pasto del otro lado.

• A las ovejas les gusta jugar a: “seguir al líder”. Una mañana, al traer a las ovejas afuera del establo, Ken agarró un bastón delante del líder del rebaño, en el momento en que ella llegaba a la puerta. Ella saltó sobre el bastón y todas las que la seguían también lo saltaron en el mismo lugar, inclusive después de que el obstáculo había sido retirado.

• Ciertas razas tienen una estructura que no les permite colocarse de pie solas, en caso de tropezar y caer de espaldas. Se quedan como enyesadas e incapaces de levantarse. Sin ayuda de sus pastores, morirían sofocadas lentamente.

• Frecuentemente las ovejas sufren de una condición visual que no les permite ver nada que no esté directamente delante de ellas. Se fijan de tal manera en el problema inmediato que no reconocen una posible solución, inclusive si esta solución pudiera estar disponible.

¿Usted se reconoce en algunas de estas características? La Biblia contiene muchas referencias sobre ovejas, rebaños y pastores. En Isaías 53:6 leemos: “Todos nosotros nos descarriaríamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino”.

Trabajando en este libro, quedé admirado con el papel que el pastor desempeña conduciendo ovejas desamparadas e indefensas que no pueden protegerse. Es interesante observar que, para maximizar la productividad de una empresa y de su personal, un buen líder debe también ejercer las funciones de pastor confiable y responsable.

El Salmo 23 conocido como el “salmo del buen pastor”, habla sobre “andar por el valle de sombra de muerte”. Aunque este texto sea muy usado en servicios fúnebres, refiriéndose a la transición de la vida terrenal hacia la muerte, la verdad ella describe ovejas conducidas por el pastor a nuevos pastos, a través de un pasaje oscuro entre montañas, donde depredadores podrían estar escondidos en la oscuridad.

Confiando en el cuidado y en la protección del pastor, las ovejas que no son nada valientes, prosiguen con confianza. Es una manera por la cual el líder puede actuar como pastor.

Compromiso firme. Cuando los empleados saben que su líder siempre coloca sus mejores intereses en primer lugar, sin importarle el costo, harán todo por él. “Yo (Jesús) soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:11).

Conocimiento incuestionable. Con frecuencia el líder es un extraño virtual, que se queda imaginando por que las personas no quieren seguirlo. El buen líder conoce bien a las personas que lidera y atiende rápidamente a sus necesidades. “A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz: y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y como ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz” (Juan 10:3-4).

Prioridades indiscutibles. El buen líder sabe que, para que la empresa alcance la excelencia y prospere, es necesario que haya provisión apropiada y sólida para que los que forman parte de ella. Esa fue la preocupación de Jesús al delegar responsabilidades a sus seguidores: “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:15-19).

La Dinámica para Realizar Cambios Trascedentales

La Palabra de Dios dice lo siguiente en Romanos 12:1-2
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

La Biblia nos enseña que Dios en el cielo no cambia, El siempre es el mismo por los siglos de los siglos (Malaquías 3:6), pero que debajo del cielo si existen los cambios o tiempos de cambio (Eclesiastés 3:1).

Todo lo creado por Dios está regido y gobernado por los cambios, por ejemplo: Las estaciones del año, el ser humano que nace, crece, se reproduce, desarrolla, declina y muere, etc.

Nuestras vidas pueden experimentar cambios en la salud, en la faz financiera, en el carácter, en la mente, geográficos, culturales y por cierto los cambios del alma y del espíritu, entre otros. Todo lo que tiene vida experimenta cambios.

Existen varias clases de cambios: a) Cambios para peor; b) Cambios para mal; c) Cambios para bien y d) Cambios para mejor. Existe un dicho que dice una gran verdad: “Cambiar y cambiar para mejor, son dos cosas completamente diferentes”. El deseo de Dios es que nosotros, sus hijos, seamos personas que no sólo cambiemos, sino que cambiemos para lo mejor. La Biblia llama a esto una transformación.

La palabra “transformación” en el original griego, deriva de la palabra “metamorfoos”, de donde sale la palabra “metamorfosis”, que es el proceso en el cual un simple gusano se transforma en una bella mariposa.

Muchas personas tienen la intención de cambiar para mejor, pero nunca lo logran porque no han aprendido lo que se llama “la dinámica del cambio”.

Principios indispensables para tener en cuenta y comprender el proceso o la dinámica del cambio.
Recuerde que el Señor en este tiempo nos está invitando a cambiar, ser transformados, para que vayamos de “gloria en gloria” (2 Corintios 3:18); de “fe en fe” (Romanos 1:17) y de “poder en poder” (Salmos 84:7). Para lograrlo necesitamos saber que:

A. Los cambios no son un suceso o acontecimiento de una sola vez en la vida, sino que se repiten en etapas o ciclos durante toda la vida.
B. Los cambios llevan tiempo, no suceden generalmente de inmediato.
C. Los cambios requieren hacer ajustes y correcciones.
D. Los cambios tienen que tener un blanco definido. (Por Ej.: Voy a cambiar mi carácter agresivo. Si tenemos varias cosas que cambiar poner un orden de prioridades para empezar por una a la vez).
E. Los cambios tiene que tener una meta principal: deben estar respaldados por la Palabra de Dios y glorificar a Cristo. Todo cambio que no se haga de esta manera es pura vanagloria.

Porque muchos se resisten al cambio
Algunas razones son:

1. Temor a lo desconocido
Cambiar implica moverse a nuevas áreas, desconocidas muchas veces, sin conocerlas de antemano. Implica salir del área de comodidad donde hemos vivido por mucho tiempo para hacer algo nuevo. Gracias a Dios que en 2 Timoteo 1:7 leemos que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía o timidez, sino de poder para hacer los cambios que sean necesarios. Para poder cambiar se hace necesario actuar en fe, creyendo a lo que Dios dice Su Palabra, pues sin fe es imposible agradar al Señor (Hebreos 11:6)

2. El factor riesgo
No se puede cambiar sin tener que tomar riesgos. Uno ha visto que los cambios que deseo hacer, han funcionado bien en otros, pero no sabemos si será igual en nosotros. Siempre en el proceso hacia la victoria esta implícito el riesgo hacia la derrota.

3. El medio ambiente que nos rodea
Llamamos así al lugar o atmósfera donde hemos crecido y vivido. Todo ese trasfondo nos ha creado una idea o patrón mental de cómo vivir para siempre. He leído que el elefante de circo, al que generalmente vemos bien tranquilo y atado solamente con un lazo aferrado a una estaca, no se suelta. ¿Cómo puede ser que el elefante no rompa el lazo con la fuerza que tiene y se escape? La respuesta es que desde pequeño el cuidador se toma el trabajo de entrenar al elefante, atándolo con algo resistente que no pueda romper. Al principio el elefante tira una y otra vez para romper la soga. Lo hace muchas veces, hasta que se da por vencido, se le ha formado en su mente el patrón “de que nunca romperá la cuerda”. Vivirá con ese patrón de pensamiento todos los días de su vida.

Gracias a Dios no estamos impotentes como el elefante. Podemos vencer el poder del medio ambiente con el poder de la Palabra poderosa y cambiante de Dios, pero debemos saber que muchas veces nuestros familiares y amigos (si bien ellos pueden ayudarnos a cambiar) también pueden impedirnos o frenarnos de realizar cambios trascendentales.
Hebreos 11:15 dice: “pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron (el patrón del medio ambiente), ciertamente tendrían tiempo de volver (no intentar el cambio)”

4. El síndrome del éxito rápido o instantáneo
La sociedad nos ha hecho creer que se puede obtener éxito rápido, pero la realidad de la vida y la experiencia nos dice que es al revés. La espera y la paciencia, sumado al sacrificio, son ingredientes necesarios e indispensables en el proceso del cambio. Uno espera con paciencia porque sabe que logrará algo al final del recorrido. Gálatas 6:9 nos dice: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, sino desmayamos.” El pasaje habla de no cansarse ni desmayar, pues para cosechar primero hay que sembrar con sudor o sacrificio. Los cambios trascendentales, para mejor, siempre requieren sacrificio.

Las etapas o pasos en del proceso de cambio
Dijimos anteriormente que el cambio es un proceso que requiere tiempo. Cada nivel de cambio puede tener un incremento de dificultades y problemas. Algunos cambios suceden más rápidos que otros, algunos son más dolorosos que otros y demandan un alto grado de esfuerzo. Cualquiera sea la situación que enfrentemos, necesitamos tener en cuenta los siguientes pasos para efectuar cambios significativos:

PASO 1: La mente
Si podemos cambiar la manera de pensar, podemos entonces cambiar todo lo demas. No se pueden realizar cambios trascendentales sin cambiar la forma de pensar. Para comenzar a cambiar la mente, el ingrediente de la informacion se hace necesario. El enemigo sabe esto y hara lo possible para que no recibamos informacion ni accedamos a ella. Oseas 4:6 dice “mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento” Cuando recibimos “luz” o informacion de algo, nuestros ojos se abren y podemos cambiar. Siempre la información nos da revelación; la revelación es el iniciador de la transformación; y la transformación es la avenida para la manifestación de Dios. Para poder informarnos correctamente tenemos que desear oir y aprender a oir. El Señor en su mensaje a la Iglesia en Apocalipsis le repite una y otra vez “el que tiene oido, oiga lo que el Espíritu dice…” (vea Apocalipsis 2:7, 11, 17, 29, 3:6, 13, 22)

PASO 2: Actitud
Luego de cambiar la mente o manera de pensar, lo siguiente y dificultoso para cambiar es la actitud. Nuestra actitud es la expression de nuestro ser interior. La actitud es la diferencia entre ganar o perder; fallar o tener exito. La actitud no es apariencia, habilidades. Ella puede ser negativa o positiva, de fe o de incredulidad, de victoria o derrota. Proverbios 18:14 dice: “El ánimo del hombre soportará su enfermedad; más ¿quien soportará al ánimo angustiado?”

PASO 3: Estilo de vida
No se puede cambiar un estilo de vida, sin primero cambiar la mente y la actitud. El estilo de vida cambia cuando abrazamos la verdad de Dios, los principios de Su Palabra, y ésta llega a ser una manera de vivir. Juan 8:32 dice; “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. La vida cristiana no consiste en cumplir reglas religiosas sino en un impacto interior, por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo, que transforma nuestra vida de adentro hacia afuera.

PASO 4: Cultura
Cuando la mente es renovada, la actitud cambiada, y el estilo de vida cambiado, todo eso llevará a afectar para bien nuestra cultura. Dicen los sociólogos que lleva entre cinco y siete años traer un cambio a una cultura establecida y enraizada por años. Por cierto, sólos no podemos cambiar el mundo, pero sí podemos cambiar nuestro mundo y el que nos rodea. Mateo 5:13-14 dice: “Vosotros sois la sal de la tierra…vosotros sois la luz del mundo…”


La rueda del cambio
Existen seis ciclos importantes, que cuando se los practican, originan un cambio significativo. Es como una rueda que se moverá y avanzará. Ellos son:

CICLO 1: Reconocer la necesidad del cambio
La idea aqui es mirarnos, como en un espejo imaginario, a nosotros mismos, para saber como estamos en el presente y ver que se hace vital, necesario e indispensable cambiar. Seria bueno hacerlo a solas y una vez que nos hemos visto, expresar con palabras y decir, por ejemplo: -“No puedo ni quiero seguir teniendo éste caracter explosivo, ésta actitud negativa, esos sentimientos rencorosos, etc. No quiero que ésta caracteristica me siga perjudicando y destruyendo. Necesito cambiar por algo mejor, que sea saludable para mi, bendiga a otros y glorifique al Señor”-

CICLO 2: Visualizar el futuro
La idea es mirar por fe hacia adelante y expresar como nos gustaria llegar a ser. Este es quizas el eslabon más importante del proceso de cambio. Aquí uno puede gestar en fe su futuro, lo cual lo llevará a desear realizar cambios trascendentales. Este es un paso que influenciará positivamente la decisión de cambiar. Aquí la idea es ver, por fe, los beneficios del cambio, como así también ver las consecuencias por no cambiar.
Ver por fe es imaginarnos hablando palabras que edifican, teniendo una actitud perdonadora y no rencorosa, rompiendo habitos negativos y fluyendo con actitudes nuevas. Es vernos con la apariencia física adecuada, con el nivel de vida económico que Dios quiere, con la armonia y felicidad matrimonial que nunca antes hemos tenido, etc.

CICLO 3: Aceptar la necesidad de cambiar
Aqui es donde uno decide quedarse satisfecho como uno es, como está o si realmente quiere ver las cosas cambiar para mejor. Aquí es donde se tiene la certeza de fe que será necesario implementer cosas nuevas.

CICLO 4: Desear cambiar
En este punto la persona quiere realmente experimentar el cambio transcendental, pero siente impotencia pues no sabe como hacerlo. Es aquí donde se hace necesario buscar ayuda para que nos guien y aconsejen apropiadamente. Los cambios trascendentales en Dios no se realizan a solas. Uno necesita:
a) La ayuda directa de Dios por medio de su Espíritu Santo
b) La ayuda de Dios a través de las autoridades espirituales de la Iglesia local y/o hermanos maduros en la fe. Es aquí donde debemos aprender a dejar la verguenza de lado, buscar ayuda, abrir el corazon, escuchar con atención y aplicar lo que nos han enseñado y ministrado.

CICLO 5: Planear o trazar un plan de cambio
Aqui la persona desarrollará una estrategia de cambio, paso a paso, en forma ordenada y progresiva que lo llevará del desorden al orden, del desequilibrio al equilibrio; de lo negativo a lo positivo; de lo peor a lo bueno y a lo mejor. Para crear un nuevo patrón de vida o conducta, se require paciencia y perseverancia.


CICLO 6: Poner en práctica el plan
Aquí se hace necesario desarrollar el hábito de la obediencia a la estrategia trazada, cuando fue a pedir ayuda y consejo. Se hace necesario no dejarse llevar “por lo que siente” sino “por lo que debo o necesito hacer”


El Espíritu Santo, por medio de ésta enseñanza bíblica profunda le está diciendo en ésta hora que hay cosas que cambiar de su vida, matrimonio, negocios, ministerio, etc. Usted ya no puede seguir así. ¡Tiene que cambiar! No se resista al cambio, permítale al Señor trabajar en su vida. Usted decida hacer su parte, creyendo lo que dice 2 Corintios 3:18:
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el espíritu del Señor” ¡Este es el tiempo y ésta es su oportunidad para realizar cambios trascendentales y experimentar una poderosa transformación por la Gracia de Dios!