IDA CRISTIANA :
¿ COMO PUEDO TENER FE ?
"Así es que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios." (Romanos 10:17)
Es difícil exagerar la importancia de tener verdadera fe. Con eso quiero decir, la clase de fe de la que habla la Biblia. Para Jesús y sus apóstoles esta fe genuina siempre fue de mayor necesidad. Escuche lo que Jesús dijo que podía ser para los que creyeran: "De cierto, de cierto os digo, cualquiera que diga a este monte, quítate de aquí y échate al mar y no dudare en su corazón pero creyere que sucederá, le será hecho. Por tanto os digo, cualquier cosa que pidáis en oración, creed que la recibiréis y os vendrá ... al que cree, todo le es posible".
Cuando Jesús realizó un milagro de sanidad, casi siempre mencionó la fe de la persona restaurada. Esto nos recuerda palabras como: "tu fe le ha salvado" o "conforme a tu fe, sea hecho". En cierta ocasión, cuando Jesús vio la fe de cuatro hombres que trajeron un paralítico a su presencia, dijo al que había sido ayudado: "tus pecados te son perdonados".
Por el contrario, cuando no hubo fe, estas cosas no sucedieron, o por lo menos, no en la misma manera. Mateo nos dice que Jesús no hizo muchos milagros en su propio pueblo "por la incredulidad de ellos". Marcos lo dice con más fuerza: "y no pudo hacer milagros allí". ¡Qué ^diferencia hace en nuestras vidas tener o no tener fe!
El fenómeno que parecía sorprender a Jesús fue éste: la presencia o ausencia de fe. Cuando El encontró fe en personas singulares, como el centurión romano o la mujer sirofenisa. El dijo a los que le seguían:
"En verdad, en verdad os digo que ni aún en Israel he hallado tanta fe". El se quedó tan maravillado con la respuesta de esa mujer gentil, que tuvo que exclamar; "¡Oh mujer, grande es tu fe, sea hecho contigo como quieres'". Pero cuando la fe estuvo bloqueada, como realmente lo fue entre sus propios compatriotas, los escritores de los Evangelios nos dicen que El se asombró por la incredulidad de ellos. Algunas veces El amonestó a sus discípulos por su poca fe. "¡Oh hombre de poca fe!, le dijo a Pedro, "¿por qué dudaste?". Y a todos los discípulos les dijo:
"Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe?". Y otras veces:
"¿Dónde está vuestra fe?"
Si usted fuera a resumir todo lo que Jesús enseñó y qué fue lo que más enfatizó entre sus seguidores, pudiera decirlo con éstas, sus palabras:
"Tened fe en Dios", La pregunta principal de Jesús una y otra vez fue:
"¿Crees?". A propósito, si El le preguntara a usted eso hoy, ¿qué respondería usted?, ¿qué tan sorprendido quedaría El por su fe? ¿Podría decir El con asombro, "¡grande es tu fe!".
Los apóstoles enfatizaron lo mismo en sus escritos del Nuevo Testamento. Ellos nos pudieron decir lo suficiente acerca de la importancia de la fe y lo que influye en nosotros- Es por fe que somos justificados delante de Dios. A través de la fe, somos salvos. Por la fe, tenemos paz con Dios, Por fe, tenemos acceso a la presencia de Dios. Por fe, llegamos a ser sus hijos y nos gozamos en la esperanza de compartir su gloria. Por fe, soportamos dificultades y hacemos proezas. En verdad, "esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe".
Fe, insisten los apóstoles, es lo que Dios principalmente busca en nosotros. Sin ella somos indecisos y no podremos recibir nada de El. Es la fe que honra a Dios la que nos asegura que El cumplirá sus promesas. Tan crucial es el papel de la fe para Dios. que el escritor de los Hebreos pudo decir: "Empero, sin te es imposible agradar a Dios". Pero si tenemos fe. Dios nos mira a través de Jesucristo y nada podrá separarnos de su amor. ¡Qué cosa tan maravillosa es tener fe y ser un creyente en Dios a través de Jesucristo!,
Aquí está el misterio. Aunque la te es muy importante y aunque es lo que más necesitamos; no podemos producirla, no podemos crearla en nosotros mismos porque no tenemos poder para ello- Martín Lulero, uno de los más grandes hombres de fe que el mundo ha conocido, confesó esa verdad extraña acerca de su propia vida: "Yo creo", dijo él. "que yo no puedo creer sin la ayuda del Espíritu de Dios". En esa confesión, Lulero simplemente parafraseó las palabras del apóstol Pablo en la Epístola a los Efesios: "Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". En oirás palabras, si usted tiene fe. no tiene nada de qué jactarse. Esto, simplemente, es un regalo de Dios.
Todo el que verdaderamente cree está consciente de que venimos a" Dios cuando El. de alguna manera, ya ha venido a nosotros. Lo buscamos porque El nos ha buscado. Jesús dijo: "No me elegisteis vosotros a mí; sino yo os elegí a vosotros".
Pero alguien puede preguntar: ¿A dónde nos lleva esto? Usted dice que creer es muy importante, que necesitamos creer y luego nos dice que no podemos. ¿Qué clase de mensaje es éste? Bueno, el hecho de que la fe es un regalo de Dios, debe mantenernos en busca de El para que nos guíe a ella- ¿Recuerda usted aquel padre que trajo su hijo a Jesús porque estaba poseído de demonios? Mientras él luchaba por ejercitar su fe, oró con honestidad una oración agonizante: "¡Señor, yo creo, ayuda a mi incredulidad!". El decía, "yo creo en parte, pero quiero creer completamente. Todavía siento dentro de mí una resistencia a la fe genuina. Señor, ¡ayúdame!”
Eso fue lo que los discípulos dijeron cuando Jesús demandó que ellos perdonaran. Ellos sabían que semejante virtud estaba fuera de sus alcances, así es que suplicaron: "Señor, auméntanos la fe".
¿Pero esto es simplemente lo que podemos hacer, orar y esperar'? No, hay algo más que es vital recordar. Cuando nos hacemos la pregunta, ¿Cómo puedo tener té?, ¿Cómo puedo crecer en la fe?". Necesitamos recordar como Dios trabaja en nosotros para producirla. Hay un gran texto de la carta de Pablo a los Romanos, capitulo 10:17, que nos da la clave, escuche: "Así es que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios". Lo que Pablo afirma aquí es una verdad que se hace clara a través de toda la Biblia : La fe es creada en nosotros por la Palabra de Dios.
El profeta Isaías ¿escribe la Palabra de Dios de esta manera: "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da simiente al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié". El dice que la Palabra de Dios es dinámicamente fructífera. Nunca falla en darnos su cosecha y el fruto principal que produce, es fe viviente.
El apóstol Pedro describe la Palabra como una semilla que trae nueva vida. El dice: "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre". La Palabra crea fe en nuestros corazones de tal manera que venimos a estar unidos con el Señor Resucitado, Santiago señala el mismo puso cuando dice: "El, de su voluntad, nos hizo nacer por la Palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas". Dios nos da un nuevo nacimiento a través de su Palabra cuando despierta fe dentro de nosotros.
Si preguntamos, "¿qué hay de especial en la Palabra de Dios que genera fe? '". La respuesta seguramente sería ésta: "¡Sus promesas!. Los mandamientos de Dios nos instruyen y sus advertencias nos despiertan. El recuerdo de sus misericordias pasadas nos mueven a alabarle. Pero la confianza se construye en forma suprema sobre lo que Dios se ha comprometido a hacer por su pueblo.
El rey David decidió construir una casa para Dios. El hizo conocer su intención al proteta Natán, pero al día siguiente, éste regresó al rey anunciándole que David no construiría la casa para el Señor. Esto sucedería a la inversa. Dios construiría una casa. o sea. una casta o dinastía para David. Sus descendientes ocuparían el trono. Cuando David escuchó esto. se sintió humilde y movido a reverente gratitud. El hizo esta oración: "Ahora, Señor Dios, confirma la palabra que has hablado acerca de tu siervo para siempre, y has conforme Tú has hablado". El pedía al Señor que cumpliera su Palabra: y entonces añadió este significativo pensamiento: "Por cuanto Tú. oh Dios de los Ejércitos, el Dios de Israel, has revelado esto a tu siervo, diciendo; Yo te haré una casa: entonces tu siervo ha tenido coraje para orar a t¡". Fue la palabra la que creo fe. Fue la promesa la que le dio valor. David creyó que Dios lo podía hacer, simplemente porque El lo había dicho. La fe fue croada, nutrida y recibió coraje por la Palabra de Dios.
Yo deseo que todos nosotros podamos ver esto claro, porque es lo que puede cambiar nuestra manera de pensar en cuanto a la fe. Digamos que deseo sigo profundamente y me esfuerzo en creer que Dios me lo dará. Entonces, si puedo presionar fuertemente esta convicción dentro de mí, tal vez yo pueda persuadir a Dios para que haga lo que le pido. Pero esa es una manera de ver las cosas desde el punto de vista humano y la te desde esa perspectiva se convierte en una táctica para manipular a Dios y lograr que El haga lo que nosotros queramos.
Pero en la Biblia vemos que la fe comienza con Dios. Es porque El se revela que podemos conocerle, porque El dice que nosotros podemos aprender cual es su voluntad- Es por lo que El nos promete, que nosotros podemos saber lo que esperamos de El. En la Biblia la fe significa confiar en que El hará lo que El ha prometido.
Ahora veamos de nuevo lo que Pablo dice en Romanos 10:17, "La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios". ¿Cómo puede una persona llegar a ser un creyente cuando escucha el Evangelio de Jesucristo?. El mensaje del Evangelio trae la fe consigo, recuerde esta maravillosa promesa. Aprendemos que Dios se ha allegado a nosotros en la persona de su Hijo. que Jesús ha muerto por nuestros pecados, ha resucitado de los muertos y que Dios ahora ofrece perdón y vida eterna a todos los que en El crean. El promete salvar hasta el último de todos los que vienen a El a través de Jesús- Cuando oímos estas Buenas Nuevas, cuando llegamos a darnos cuenta de esa maravillosa promesa de Dios, es que podemos ejercitar la fe. Nosotros podemos decir: "Sí, Señor, yo creo en Tu promesa, yo recibo ahora a Cristo como mi Salvador, yo confío que por Su causa Tú me perdonarás y me recibirás". Esa es la fe del Nuevo Testamento, simple y grande.
La fe no comienza solamente de esa manera; sino que es así como también aumenta. La misma Palabra que despierta fe, la edifica. Mientras más estudiamos lo que Dios ha prometido a su pueblo, más crecerá nuestra confianza en El- Si usted quiere que su fe sea real en su vida, si desea que se desarrolle y madure, estudie la Palabra de Dios regularmente. Busque una congregación de creyentes en la cuál la Palabra de Dios sea predicada y enseñada fielmente. Pero no se detenga allí; lea las Escrituras por usted mismo. Comience con el Libro de los Salmos y uno de los Evangelios. Escuche diariamente lo que Dios le dice en ellas. Medite en lo que lea; memorice una porción clave de ella. Grabe las promesas de Dios en su mente y su corazón se llenará de fe.
Una vez el famoso Moody contó que había pasado en su vida cuando leyó las palabras de Romanos 10:17. Desde esa vez, él estuvo buscando más fe, orando para que Dios se la concediera y entonces aprendió de este texto que la fe viene de la Palabra de Dios. Moody dijo: "Yo comencé a estudiar la Biblia cada día y mi fe ha estado creciendo desde entonces". ¡Dios permita que esa sea su experiencia también!
AMÉN.