Cosas por hacer

1/23/2008

Cosas por hacer
por Lucas Leys

Santiago 2:17 “La fe por si sola, si no tiene obras, está muerta”

A continuación encontrarás una lista de cosas que hoy mismo podrías hacer para marcar una diferencia positiva en el mundo que te rodea:
- Llama a un amigo que hace mucho que no ves.
- Dile algo agradable a alguien no muy conocido.
- Ordena tu casa sin que te lo pidan.
- Hacerle las compras a algún anciano que no pueda o le sea muy difícil hacerlo.
- Animar al pastor en su ministerio y decirle lo importante que es para la iglesia.
- Invita a la iglesia a alguien de tu familia que no conozca al Señor.
- Háblale de Cristo a algún compañero de la escuela.
- Córtale el pasto a un vecino.
- Lávale el automovil a tu padre/madre.
- Preparar la cena y poner la mesa con velas y música.
- Saca la basura sin que te lo pidan.
- Ayuda a algún compañero en la escuela.
- Escríbele a tu líder de jóvenes diciéndole cuán importante es él o ella para ti.

Punto de reflexión

• ¿Qué otras actividades se te ocurren?
No te detengas ni pongas excusas, al menos una de la lista puede hacer la diferencia en alguien hoy. ¿Podrías hacer todas?

Audiencia con el Rey

Querido Rey, hoy quiero ser alguien que ayude a otros a sentirse mejor. Da me un corazón sensible para hacer tu voluntad aún en las cosas pequeñas de cada día.

Desánimo

Desánimo
Por Felix Ortiz

(27/Junio/2003) Extraido de www.paralideres.org

“Venid, vosotros solos, a descansar un poco a un lugar apartado.” (Marcos 6:31)

“El Señor es mi pastor, nada me falta. Me hace descansar en verdes pastos, me guía a arroyos de aguas tranquilas, me da nuevas fuerzas.” (Salmo 23:1-3a)

Hay veces que el ministerio parece no tener sentido. Hay ocasiones en que uno piensa que no vale la pena servir al Señor. Paso por momentos en que me pregunto si todo el desgaste físico, intelectual, emocional y espiritual de invertir mi vida en la vida de los jóvenes y adolescentes sirve para algo. ¿Habría realmente alguna diferencia si no lo hiciera?

Hay razones objetivas para sentirme así. En muchos jóvenes no veo el crecimiento que me gustaría observar. Hace años que trabajo con algunos de ellos y, en ocasiones, da la sensación de que como los cangrejos, van hacia atrás en vez de ir hacia delante. Los hábitos básicos de la vida cristiana, aquellos que les permitirían crecer y llegar a ser cristianos maduros y producir un impacto en su contexto, no los tienen desarrollados. Todavía les falta disciplina para orar, leer la Biblia, caminar bajo el control del Espíritu.

En otros casos veo una inmadurez asombrosa. Sus planteamientos ante la vida, sus actitudes, sus valores, sus reacciones, no son las propias de alguien que afirma conocer al Señor y confiar en Él. No dudo –mejor dicho, en ocasiones, sí dudo- de su fe, pero veo que esta tiene tan poco impacto en su vida cotidiana.

Hay un grupo que huye de todo tipo de compromiso. Nunca puedes contar con ellos para nada. Nunca tienen tiempo para ningún tipo de servicio o ministerio. Viven centrados alrededor de ellos mismos, de sus necesidades y sus intereses. Parece como si el servicio, el amor sacrificial por los hermanos, la sensibilidad hacia las necesidades de cristianos o no cristianos no fuera con ellos. Son hedonistas, se mueven por el placer y la gratificación, escapan rápidos de cualquier cosa que no gratifique sus sentidos.

Hay días que me siento en mi oficina y me doy cuenta que los jóvenes no han cumplido las expectativas que yo me había formado con respecto a ellos, no dan la talla, no son el tipo de jóvenes y adolescentes que yo deseara que fueran.

¿Será este cansancio y desánimo fruto de mi necesidad de mi éxito personal? ¿Es posible que me sienta así porque ellos no están contribuyendo a que yo sea un pastor de jóvenes de éxito? Necesito revisar más mis motivaciones. Dios no me ha llamado a tener éxito sino a ser fiel a su llamado. ¿De dónde procede me cansancio, mi desánimo, mi frustración?

No debo olvidar que el cansancio y el desánimo son normales, que forman parte de mi naturaleza humana, que no es un pecado estar desanimado, y que es falso que los buenos cristianos, los buenos obreros son infatigables y nunca caen en el desaliento. Conocer al Señor no nos priva de la realidad que somos seres humanos de carne y hueso. Pero no debo quedarme aquí. El desánimo es humano, cierto, pero Dios me da los recursos para salir adelante.

El desánimo ha de llevarme de vuelta hacia Dios para poder recobrar la perspectiva correcta de las cosas. No puedo ni debo olvidar que Él es el único que puede cambiar las vidas de los jóvenes. Su palabra así lo afirma, el crecimiento viene del Señor. A mí no me ha sido concedido ese privilegio. Puedo animar, retar, ayudar, acompañar, propiciar un ambiente, sin embargo, el Señor se ha reservado el derecho absoluto de producir y generar cambios espirituales y estos, son los únicos que duran, que son permanentes.

No debo olvidar que Dios lidia de forma única y personal con cada joven y adolescente que está en mi grupo. Los ha hecho a todos ellos únicos e irrepetibles –afortunadamente, porque no quiero ni pensar lo que sucedería si hubiera copia de algunos de ellos- y trabajo con ellos de una forma singular. Cada joven tiene su propio ritmo de responder al llamado y las exigencias de Dios. En cada uno de ellos el Señor está cumpliendo su propósito y éste, no siempre, o mejor dicho, en muchísimas ocasiones está más allá de mi comprensión y alcance. Yo no entiendo de qué modo lo que hago con ellos, lo que estoy compartiendo, el ejemplo y el referente que les estoy proveyendo, va a ser usado por Dios para llevar a cabo sus propósitos. No lo sé y estoy seguro de que en muchos casos nunca seré consciente hasta el día en que, en su presencia, todo esto nos sea revelado.

Siempre me pasa lo mismo cuando pierdo mi enfoque y me centro más en las circunstancias que en Dios, viene el desánimo y el desaliento. Necesito recordarme una y otra vez que el Señor es soberano y va cumpliendo sus planes en la vida de cada persona. Necesito descansar en Él y darle gracias por fe por su trabajo en la vida de cada joven.

A veces es muy difícil darle gracias a Dios por la vida de algunos jóvenes. Es un acto de confianza, es un acto de rendición ante la soberanía de Dios ya que no hay ninguna evidencia humana que pueda alimentar nuestra esperanza de que un cambio está produciéndose o puede llegar a producirse. Pero cuando nos enfocamos en Él, recobramos la perspectiva correcta y se renuevan nuestras fuerzas.

MI ORACIÓN

Señor, gracias por poder ser yo mismo. No tengo que fingir, soy humano y, en tantas ocasiones, me desanimo y desaliento porque no veo los resultados que esperaba o no van al mismo ritmo que yo anticipaba. Lo sé que a menudo mezclo mi sentido de valía personal con los resultados y por eso me desanimo. Ayúdame a no olvidar que soy valioso a tus ojos sean cuales sean los resultados. Ayúdame a no olvidar que a mí no me has concedido el poder para cambiar vidas. Ayúdame, por último, a no perder la perspectiva y si esto sucede a recobrarla pensando en tu soberanía, en tu trabajo único y singular en la vida de cada joven.

TU REFLEXIÓN

1. ¿Estás experimentando el desánimo? En caso afirmativo ¿De dónde proviene tu desánimo y desaliento? ¿Qué puede estarlo provocando?

2. ¿Admites como humano el desaliento o eres de aquellos que creen que un cristiano espiritual nunca se desanima?

3. ¿Cómo pueden ayudarte estas reflexiones a combatir el desaliento?

4. Pasa un tiempo de oración. Reconoce tu desaliento y desánimo, es algo humano. Explícale al Señor las razones del mismo. Dale gracias, en fe, por su plan, su soberanía y su trabajo en la vida de los jóvenes y adolescentes que ha puesto bajo tu responsabilidad.

Si Dios es tu padre llama a casa

Si Dios es tu padre llama a casa
por Lucas Leys

Filipenses 4:6-7. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Cierta vez Martín Lutero dijo: «Tengo tanto para hacer hoy, que me voy a pasar las primeras tres horas en oración». Es que cuando oramos nos conectamos con la fuerza más poderosa del universo, la de Dios. Comenzar el día con Dios es muy importante. Si vivimos conscientes de su presencia no podemos levantarnos en la mañana y no saludarlo.

La historia del hijo prodigo se usa siempre para hablar de los apartados y alejados. Usamos esta categoría para los que no vienen más a la iglesia o están fríos espiritualmente (cosa que solemos juzgar por la cantidad de reuniones a las que asisten). Pero no hace falta dejar de ir al templo para estar fríos. Solo con dejar de orar empezamos a ser hijos que no hablan con papá Dios. La oración crea esperanza y poder. Hablar con Dios nos enjuaga el corazón, es por eso que cuando pasamos mucho tiempo sin hablar con él se nos enfría la relación. Es igual que dejes de hablar con tu papá o tu mamá en la tierra. No puedes saber qué hacen, piensan, sienten y pronto dejas de entenderlos. Hoy todos saben que para que las relaciones interpersonales funcionen debe haber una buena comunicación. Lo mismo sucede con Dios. La oración no es un monólogo con el techo. Dios escucha atentamente cada oración y a su tiempo responde. Él es el Padre y nosotros sus hijos. Por qué, entonces, andar por ahí sin contar con la riqueza, el consejo y seguros de la protección del Padre. Mejor llamar a casa y asegurarnos que estamos comunicados con Dios. Su teléfono nunca está ocupado.

Punto de reflexión
¿Cómo está mi vida de oración?
¿Qué voy a hacer para mejorar?

Audiencia con el Rey
Querido Dios, gracias por estar atento a mis oraciones. Gracias porque eres un padre amoroso que siempre nos escucha, perdona y protege. Te quiero mucho y te alabo por tu gran amor.

Los sueños son cosa seria

Los sueños son cosa seria
por Lucas Leys

Ezequiel 12:23. Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones.

Es muy fácil minimizar los sueños. Si los tomamos como algo sin importancia, los sueños perderán su poder y potencial. Muchas voces a tu alrededor van a sugerir que es más acertado hacerle caso a los realistas y a los prácticos. Los visionarios suelen ser personas que incomodan a otros cuando deciden hablar de sus sueños y mucho más cuando esos sueños se cumplen. Es por eso que muchos prefieren anular las visiones de los soñadores. Todos los que cumplieron sus sueños tuvieron que callar esas voces que los invitaban a pensar que estos no eran cosa seria. Por eso, la clave para que los sueños no se deshagan es tomarlos muy en serio.

Un breve sueño bien concebido puede desencadenar una potente fuerza creadora en otras personas y así, sueño a sueño, se pueden transformar mil realidades. De todas las características que poseemos, soñar es una de las más semejantes a la imagen de Dios. No somos solo un cúmulo de moléculas ni de células; tampoco una suma de instintos repetibles innatamente. Podemos soñar y eso es algo seriamente planeado por Dios. Él nos dio esa capacidad como rasgo fundamental de nuestra creación. Soñar equivale a crecer, conquistar, crear, arreglar y mejorar. Los sueños son una energía necesaria para mantener y refrescar la creación a nuestro alrededor. Ellos nos permiten ver lo invisible, creer lo increíble y lograr lo imposible. Por eso es que cuando soñamos podemos sentirnos completos en el Señor. Los sueños muchas veces son revelaciones de Dios, por eso hay que encararlos con pasión, compromiso y esfuerzo. Si así lo hacemos, vendrán los días en que se cumplirán estas visiones.

Punto de reflexión
Cuando sueñas despierto, ¿qué es lo que más anhelas?
¿Por qué a Dios le gusta que soñemos?
¿Qué sueños aún no has podido alcanzar? ¿Cuáles ya has alcanzado?
Muchas personas se han olvidado de soñar y crear pensamientos positivos acerca de un futuro con éxito y victorias ¿A quién podrías ayudar a despertar al anhelo de soñar con Jesús?

Muy Cerca

Muy Cerca

"Tengan por seguro que ya está cerca el reino de Dios" Lucas 10:11

Dios está súper interesado en todo lo que nos sucede. Con su largavista de eternidad y su conocimiento más preciso que el microchip más avanzado, te mira constantemente desde su trono interesado en bendecirte. Quizás al leer esto pienses que el hecho de que Dios esté tan, tan cerca y que pueda verte a cada momento no es una buena noticia. Cuando yo era adolescente me imaginaba unos ojos grandes y enojados fijos en mi nunca que me seguían por todos lados. Tenia la idea de que Dios era un anciano cascarrabias que no tenía nada más que hacer que andar controlando quién se portaba mal para castigarlo. Me imaginaba a un gran aguafiestas cósmico agazapado atrás de una nube intentando obstruir cualquier deseo mío de buena diversión. ¡Una de las grandes noticias en este libro es que eso es un gran error! Dios es el ser más espectacular del universo. La Biblia declara que su misma naturaleza es el amor (1 Juan 4:8) Eso quiere decir que no hay nada que Dios haga o deje de hacer que no esté fundado en el amor. Si Dios fuera materia el amor sería su mismísima composición química. Por eso es que cuando Dios dice que algo debemos hacer, eso es exactamente lo más inteligente para hacer en la galaxia. Y cuando Dios dice que no, hacer lo contrario a lo que Dios dice es lo más tonto y descerebrado que se nos puede ocurrir hacer. No hay nada más torpe que darle la espalda a Dios.

Preguntas para reflexionar:

- ¿En qué momento has sentido o sientes que Dios te está persiguiendo para juzgar tus actos?
- ¿En qué momento has sentido o sientes que Dios es demasiado grande e importante como para interesarse en ti o en tu situación?
- Ahora sabemos que Dios está con nosotros cada momento y que su interés es beneficiarnos y amarnos, ¿Cómo podrías hacer para involucrar más a Dios en tus actividades cotidianas y estar conciente de que Él está contigo en todo momento?
- ¿Le has estado dando la espalda a Dios? ¿Qué es lo que te está diciendo y no has querido escuchar?

No seas Dinosaurio

No seas Dinosaurio
Por Lucas Leys

por Extraído del libro "No seas Dinosaurio" por Lucas Leys de editorial Certeza www.certezajoven.com.ar

Juan 10:10 – "Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia".

Hace unos 65 millones de años que los dinosaurios dejaron de vivir. Hay muchas versiones de por qué se extinguieron. Algunos científicos dicen que su vida fue desapareciendo debido a los efectos del impacto de un asteroide en la península de Yucatán, México. La caída del inmenso asteroide habría causado cambios químicos en la atmósfera de la tierra y estos habrían ocasionado un sin número de tormentas, lluvias ácidas, fuegos y vientos extremos que habrían probado ser demasiado fuertes y difíciles de sobrevivir para los dinosaurios. Lo cierto es que aunque la comunidad científica no se pone de acuerdo si en verdad hubo o no un súper asteroide, casi todos están de acuerdo en que los dinosaurios no supieron adaptarse a los cambios de circunstancias que les tocó al irse desarrollando su vida. Fuerte actividad volcánica, aluviones de lodo e increíbles lluvias sulfúricas que fueron quemando la vegetación y por ende arruinando la base de la cadena alimenticia de aquel entonces se hicieron cosa de todos los días y los dinosaurios empezaron a morir de hambre. Algunos dicen que al ir envejeciendo los dinosaurios se hacían demasiado pesados para escapar de fuegos o inundaciones de lava, requerían demasiado alimento en medio de tanta escasez o hasta que eran demasiado torpes para cazar animales más pequeños. Por todo esto otras especies sobrevivieron a estas crisis del planeta y los dinosaurios no.

Los científicos explican que todavía hoy la vida animal y vegetal en el mundo está sujeta a una regla que se llama "La supervivencia del más apto". La supervivencia del más apto es una ley que dice que aquel individuo que mejor se va adaptando al desarrollo de las circunstancias a su alrededor es aquel que sobrevive y aquel que no se adapta empieza a correr peligro de extinción. Los más aptos son los que no están desprevenidos de los peligros y estás lo suficientemente fuertes como para resistir ciertas circunstancias amenazantes. ¿Dime si todavía no sabes a dónde voy con todo esto? Yo creo que la ley de la supervivencia del más apto también funciona en la vida espiritual. Si no resistimos a las tentaciones, si nos conformamos con parecer buenos y conservar una vida religiosa exterior que calle bocas pero que no nos siga transformando recurrentemente a la imagen de Cristo, pronto vamos a ser dinosaurios espirituales. Si no estamos lo suficientemente fuertes en el Señor nuestras vidas espirituales van a estar en serio problemas cuando exploten volcanes de problemas a nuestro alrededor o lluvias de crisis y desilusiones inunden nuestros pensamientos. Ahí se va a ver si sobrevivimos o si nos extinguimos. Si nos adaptamos a seguir creciendo aún en medio de circunstancias negativas o si cedemos y nada más nos hacemos victimas de los cambios a nuestro alrededor.

Pearl Harbor

Pearl Harbor
por Lucas Leys

Marcos 14:38. Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El Espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.

En esas hermosas islas parecía que nada malo podría ocurrir. Después de todo, la guerra estaba a miles de millas de distancia y Estados Unidos todavía no había iniciado oficialmente la segunda guerra mundial. Pero el enemigo tenía bien planificada la táctica.

El factor sorpresa era la estrategia principal.

El 7 de Diciembre de 1941 más de 2,400 soldados y civiles murieron en Pearl Harbor. También varios barcos y equipos militares fueron destruidos costándole al gobierno millones de dólares. El ejército de los Estados Unidos no se esperaba la sorpresa de ser atacado mientras estaba en su propio puerto. Así nos pasa muchas veces a nosotros. No estamos siempre atentos y creemos que los ataques del enemigo vienen solo cuando vamos a lugares no recomendables. Pero no es así, la tentación suele usar el factor sorpresa. Sin esperarlo estás sola en casa con tu novio. Sin saberlo justo están dando una película roja en la televisión. No sabías que iba a estar una chica no cristiana tan linda en el cumpleaños. Ni pensaste que esa joven iba a dejar su cartera llena de dinero a tu lado en la reunión ¿por qué no conducir el automóvil como locos si llegaban tarde a la fiesta? En el examen justo te hacen la pregunta que sabe el compañero de al lado. Ni lo pensaste, pero de repente: «Pearl Harbor».

El enemigo nos va haciendo caer de repente o de a poquito pero su deseo es que llegues a sentir que estás en un bombardeo de problemas y confusión. Por eso lo mejor es estar bien atentos y fortalecer nuestra mente y corazón para que cuando venga la tentación inesperada nosotros ya estemos preparados y sabiendo cómo actuar. Al enemigo no le interesa en qué puerto te encuentres y a veces saca ventaja de que te sientas en una zona de seguridad. Ahí puede usar el factor sorpresa. ¡Ten cuidado!

Punto de reflexión
¿Cuáles pueden ser mis Pearl Harbor?
¿Cómo estar fuertes antes de que venga la tentación?

Audiencia con el Rey
Querido Dios, hoy te pido que me des fuerza ante los enemigos de mi vida cristiana. Dame sabiduría para saber prestar atención cuando viene el momento de tentación y la capacidad de huir de ellas. No quiero que el enemigo me tome por sorpresa.

Aliens

Aliens
por Mike Yaconelli

Los Aliens son seres extraños en una tierra extraña. Hablan en otra lengua, no respetan nuestras reglas ni tienen las mismas costumbres... simplemente no son parte. Los aliens están típicamente incómodos e inseguros de sí mismos en una nueva y extraña casa.

Los discípulos son extraterrestres en este mundo. Muchos de los valores culturales son extraños para los discípulos. Los discípulos no encajan naturalmente con la sociedad que ha perdido el contacto con Dios. Están incómodamente expectantes y se sienten fuera de lugar en la vida cotidiana del mundo. Los discípulos de Cristo se sienten continuamente enfrentados con la cultura, porque ellos tienen diferentes valores, diferentes prioridades, y diferente lenguaje. Los discípulos se sienten raros, extraños con la cultura contemporánea- y esa es simplemente de la manera en que se deberían sentir.

La pista: Ser parte no es siempre lo mejor

1° de Pedro 2: 9-12

¿Hablas de “diferente” como si fuera algo malo?

9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

10 Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.

11 Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo, que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida.

12 Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación

La Prueba del día:
Robert Heinlein escribió en su novela “Extraño en Tierra Extraña” (“Stranger in a Strange Land”) en 1961. Es la historia de un extraterrestre que viene a la tierra y como no logra ser parte de ella decide establecer una nueva religión.

El Top 10 de Hoy:
Haz una lista de 10 cosas que te hacen diferente de los demás.

Reflexión:
Cuanto más intento ser como los demás, más grande es la pared que construyo a mi alrededor. Necesito tirar abajo esas paredes. Necesito celebrar por quién soy. Tomo el día de hoy y me propongo... (lo que tu sientas).

Compañeros de sueños

Compañeros de sueños
por Lucas Leys

Mateo 18:19. Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo.

Todos necesitamos compañeros de sueños. ¿Alguna vez, procuraste conseguir un grupo pequeño de amistades, donde pudieras compartir no solo cosas superficiales, sino confesar tus pecados y virtudes como tú las entiendes? No es fácil, pero debemos intentarlo. Tengo algunos amigos con quienes puedo pensar en voz alta. Ellos no me llaman Pastor Lucas, no me dicen Ministro Lucas, me llaman por nombres que solo ellos pueden usar. Estos amigos me corrigen y me ayudan a mejorar. Cuando me dan una opinión diferente a la mía, no me siento amenazado porque sé que me aman.

Al mirar algunas especies de pájaros puedes notar que arman una «V» cuando vuelan largas distancias. Algunos biólogos han estudiado este comportamiento y han descubierto que al hacerlo los pájaros pueden volar hasta un setenta y un por ciento más rápido que cuando lo hacen solos y también han observado que cuando el pájaro que está al frente se cansa, cambia de lugar con otro. Un detalle más, los de atrás gritan animando a la formación. ¡Increíble! Ellos saben trabajar en equipo.

Conozco líderes que han fracasado, porque no han aprendido a trabajar en equipo. Esto no es fácil, al principio cuesta. Cuando era más joven me rendía con facilidad. Después entendí que aunque era un proceso que me demandaba un esfuerzo extra, después tendría mucho más frutos que trabajar solo.

Debes recordar el propósito de trabajar en equipo aunque esto sea difícil para ti. Es probable que pienses: «Yo ya soy así, no puedo trabajar en equipo», reacciona o esta decisión te llevará al fracaso. Todos podemos trabajar en equipo porque fuimos diseñados para eso. Piensa en tu familia como un equipo que debe lograr el éxito y la relación con tus padres seguro cambiará. Piensa en el grupo de jóvenes de tu iglesia como un equipo y seguro que alcanzarán más metas. Piensa en alguien con quien hasta ahora no pudiste trabajar, ¿qué cosas debes cambiar?

Punto de reflexión
¿Cómo sería el compañero ideal de tus sueños?
¿Dónde es más seguro encontrar a un buen compañero?

Audiencia con el Rey
Señor, dame compañeros de sueños y hazme alguien que sepa ayudar a otros a cumplir con los suyos. Te pido que me des personas especiales para que pueda compartir mis anhelos más profundos y me ayuden a desarrollar todo mi potencial.

Lo Voy A Lograr

Lo Voy A Lograr
por Lucas Leys

Hebreos 10:36. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido.

Hay una frase que dice: «Los sueños extraordinarios se vuelven realidad cuando alguien ordinario tiene una extraordinaria cantidad de determinación.» Muchos se quedan estancados sin alcanzar su potencial porque aún antes de empezar ya toman una decisión inconsciente de fracaso. En vez de pensar: «Lo voy a lograr», desarrollan una idea o un proyecto pensando: «Bueno, voy a ver que pasa, seguro que como siempre va a salir mal, pero de todas formas voy a intentarlo.» Esa decisión inconsciente ya predijo bastante el resultado de su intento. Estas personas piensan una y otra vez acerca de cuán «ordinarios» son, ¡qué novedad! Todos somos iguales de ordinarios. ¡Somos pecadores, tenemos limitaciones, cometemos errores y vamos al baño! La clave no está en saber cuán ordinarios somos, sino en el esfuerzo extra que debemos hacer para lograr lo extraordinario.

El escritor de hebreos nos insiste en la perseverancia. Él sabía la necesidad de perseverar, en llevar a cabo los sueños que Dios nos da para poder disfrutar al máximo de sus promesas. Es un hecho que no vamos a perseverar si inicialmente tenemos una actitud negativa y fracasada. Te hago una propuesta, al terminar este devocional haz un listado de diez cosas que deseas y al lado de cada línea escribe: «Lo voy a lograr.» En este ejercicio no pongas condiciones ni dudas, escribe lo que está en tu corazón creyendo que lo vas a lograr, pase lo que pase. Luego, antes de escribir nada más, ten tu audiencia con el Rey.

Punto de reflexión
¿Tengo una actitud positiva cuando inicio mis sueños y proyectos?
¿Qué significa para mí perseverar?

Audiencia con el Rey
Querido Rey, quiero que me ayudes a tener una actitud positiva respecto a los sueños. Gracias porque no quieres que seamos unos fracasados, sino que te alegras cuando tenemos sueños hermosos. Sigue dándome más determinación para hacer mi parte.

Combustible del corazón

Combustible del corazón

Romanos 5:5. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.

En 1907 el explorador Ernest Henry Shackleton, organizó una increíble expedición al polo Sur. Había viajado por el mundo desde que tenía 16 años, cuando era un aprendiz de una flota británica de mercado marítimo. Shackleton sabía que el viaje iba a ser demoledor, pero no esperó que las condiciones del tiempo fueran tan malas. Estando con sus compañeros de aventura en el medio del viaje, las tormentas empezaron a destruir todo lo que tenían. Las temperaturas bajo cero hacían al viento letal. La visibilidad era imposible, sus cuerpos ya estaban extenuados y cada paso demandaba un esfuerzo sobre humano. En medio de esta situación, la comida también se terminaba. Con noventa y siete millas náuticas para llegar al polo Sur, tuvieron que abandonar las esperanzas y emprender el regreso, lo cual obviamente empeoró el ánimo de todos.

Mientras hacían su intento desesperado de volver a la base, se dieron cuenta que debían acelerar el ritmo de marcha o iban a sucumbir. Decidieron que deberían dejar varias cosas en el camino para hacer su carga más ligera. En medio de esta situación tan extrema Shackleton pudo prestar mucha atención a lo que sus compañeros decidieron dejar en el camino y en el proceso aprendió mucho de ellos. Lo primero que varios dejaron fue dinero en moneda. Lo siguiente, aunque verdaderamente escaseaba, fue comida. Luego prendas y elementos técnicos que cargaban encima. Al regresar al campamento, Shackleton luego de contar lo sucedido, le preguntó al resto: ¿Qué creen que todos guardaron hasta lo último con mucho cuidado? La respuesta calentó el frío ambiente de la base: «Fotos y cartas de los amados fue el combustible que los mantuvo en movimiento por la esperanza de volverlos a ver.» El amor siempre nos llena de nuevas esperanzas.

Punto de reflexión
¿Cuál es el combustible de tu corazón?

Audiencia con el Rey
Querido Rey, hoy quiero dejar que me llenes de tu amor. Quiero sentirlo y disfrutarlo. Gracias porque contigo siempre hay nuevas esperanzas.

¡Nos Ha Llamado Amigos!

¡Nos Ha Llamado Amigos!
por Lucas Leys

Juan 15:15. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir, se lo he dado a conocer a ustedes.

Se abren los portales del palacio. La belleza del lugar es indescriptible. Haría falta un millón de libros para empezar a describir los detalles. La fuerza y la luz que se experimentan lo cambia todo. A medida que avanzan los pasos una nueva visión de la realidad va invadiendo las mentes. La sabiduría aumenta en proporción a la cercanía con el gran trono. Primero da un poco de miedo. Por un lado sabemos que se trata de Dios. Sí... Dios. El que todo lo sabe, todo lo ha creado, todo lo puede. Por otro lado, también está el recuerdo de haber escuchado a muchos que hablan de él como si estuviera enojado esperándonos para señalarnos con su dedo índice y declarar a gran voz que somos indignos. Pero a medida que nos acercamos también un calor empieza a invadirnos. Es su amor incondicional que echa fuera el temor. Pronto estamos en el trono del regalo inmerecido. Allí está Dios y a su derecha Jesús. Dios nos observa y luego mira a Jesús. Con voz segura y mostrando su emoción Jesús le dice: «Padre, aquí están mis amigos». ¡Wow! Jesús nos llama «amigos». Cada día podemos acercarnos a la increíble presencia de Dios para tener una audiencia privada y muy especial con el gran Soberano.

Todas las civilizaciones han servido a sus dioses. Todas las grandes y pequeñas religiones siempre tuvieron la idea de que fuera quien fuera su divinidad había que servirle. Pero Cristo vino a enseñarnos algo diferente. Él no habló tanto de servirle como de amarle. Solo el cristianismo enseña acerca de un Dios que nos ama y al que podemos amar. Solo Jesús enseñó la amistad con Dios y nos invitó a vivir esa relación como una maravillosa aventura. Por eso, nos reveló su voluntad. Nos dio a conocer sus deseos a través de su Palabra y nos invitó a ser grandes amigos. Por medio de este libro Dios te invita a disfrutar de su maravillosa presencia. Jesús quiere verte allí en el trono del regalo inmerecido para seguir revelándote su voluntad, llenarte de su amor, colmarte de sabiduría y equiparte con su fuerza.

Punto de reflexión

¿Qué voy a hacer este año para disfrutar más tiempo en su presencia?
¿Qué significa para mí tener una amistad con Jesús?

Audiencia con el Rey

Querido Dios, gracias por el privilegio de poder acercarme a tu presencia con libertad. Gracias por el regalo de tu amistad. Este año quiero que mi amistad contigo crezca cada día.

Imposible de clonar

Imposible de clonar
por Lucas Leys

Isaías 49:1. El Señor me llamó antes de que yo naciera, en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.

Hace quizás muchos años participabas en una carrera. Sí tú. Estabas en una competencia con otros millones de participantes. Si, leíste bien. Llegó el momento de la partida. Por unos canales movedizos se desarrollaba la carrera. Ibas a la par con otros miles, un par de veces perdiste la primera posición. Pero llegó el momento final, te acercabas a la meta y te adelantaste como nadie más. Cruzaste la pared biológica del óvulo de tu mamá y ganaste, ¡fuiste concebido! Si era otro el espermatozoide hubieras sido otra persona. Quizás tu hermano o tu hermana u otro que nunca conociste pero no, fuiste tú. Un milagro del éxito. Quizás tu papá o tu mamá no te esperaban pero la buena noticia es que ¡Dios sí! Aún hoy que se habla de clonación nadie podría ocupar tu lugar. Podrán copiar tu cuerpo y tus genes pero no tus experiencias y mucho menos tu espíritu. De eso no hay ninguna duda, solo Dios puede darlo. Yo escucho muchas discusiones acerca de la moral de la clonación. No quiero hablar ahora acerca de eso, pero siempre pienso: soy imposible de clonar, el mundo puede descansar en paz. Una de mis películas favoritas es «Corazón valiente». En una de las escenas Wallace, protagonizado por Mel Gibson, mira a sus guerreros y les dice: «Todo hombre muere, pero no todo hombre realmente vive». Wallace tenía razón. Hay un propósito para tu existencia y Dios te dio la vida para que cumplas con esa misión. Nadie más puede hacerlo. Ni siquiera el clon más exacto podría hacer todo lo que tú puedes hacer porque Dios te hizo único y preciso para hacer tu aporte. ¿Te empiezas a sentir especial? ¡Muy bien! «Eres especial». Es hora de que te lances a la preciosa aventura de llegar a ser todo lo que Dios quiere que seas y hagas en este mundo.

Punto de reflexión

¿Por qué soy una persona única?
¿Cuál es la bendición de ser únicos?

Audiencia con el Rey

Señor, gracias porque tú sabes todas las cosas. Tú me conoces desde antes de la fundación del mundo y desde que nací estás atento a mi vida. Hoy entiendo que tengo que afectar con tu presencia la vida de los demás.

Termometros Y Termostatos

Termometros Y Termostatos
por Lucas Leys

Romanos 12:21. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.

Los termómetros sirven para medir la temperatura. Dondequiera que los pongas no tardarán en realizar su función. Los termostatos son diferentes. Son dispositivos que se usan para variar la temperatura. Si hace frío, regulando el termostato el ambiente se calienta. Si hace calor, el termostato pone más frío.

Mucha gente es como los termómetros. Se sienten según como esté el ambiente. Si todos están animados, ellos lo están. Si los demás se quejan o son mediocres ellos asumen la misma posición. Dios nos exhorta a ser termostatos. Nos llama a que podamos cambiar el ambiente de forma positiva. Si el ambiente no está adecuado, los termostatos lo regularizan. Si solo hay tristeza ellos ponen alegría. Si hay desconsuelo, aportan esperanza. Si hay rencor y envidia en el ambiente ellos lo cambian por amor y estímulo.

Los jóvenes termómetros se dejan influenciar de tal manera por el ambiente que su manera de actuar, pensar y sentir depende solo de con quién están y donde estén.

Los termostatos toman la iniciativa. Empiezan por cosas simples como por ejemplo no esperar a que los saluden, ellos lo hacen primero. No dependen del ambiente para hacer lo correcto, simplemente lo hacen. Si sienten que el ambiente no es el correcto no se quejan ni se desaniman sino que toman acción para cambiarlo.

Muchas veces escuché a alguien decir: «Nadie me quiere». Siempre fueron termómetros los que decían esto. Los termostatos dan amor a los demás y por eso es que también lo reciben. Ayudan a otros cuando lo necesitan y por eso es que reciben ayuda cuando son ellos los que necesitan algún favor.

Punto de reflexión

En términos generales ¿Soy termómetro o termostato?
¿Cómo puedo cambiar el ambiente a mi derredor?

Audiencia con el Rey

Querido Dios, quiero vencer con el bien el mal. Ayúdame a ser como un termostato, para que pueda cambiar el ambiente a mi derredor.

Que Las Dudas Se Mueran De Hambre

Que Las Dudas Se Mueran De Hambre
por Lucas Leys

Hebreos 10:39. Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida.

Si alimentamos nuestra fe, las dudas que tengamos empezarán a pasar hambre hasta que se mueran. Se dice que había un hombre que tenía dos perros que daban miedo con solo mirarlos. Uno era un doberman y el otro un «manto negro» como los de la policía. El doberman era atlético y rápido mientras que el manto negro era grande como un burro. El hombre tenía a cada perro en un extremo diferente de la casa para que no pelearan. En cierta oportunidad, un vecino le preguntó qué sucedería si ambos perros se enfrentaban. ¿Cuál creía él que ganaría la contienda? El hombre sin dudarlo respondió: «El que esté mejor alimentado».

Así nos ocurre a nosotros. Tenemos la opción de darle de comer a la fe o a las dudas. Alimentamos la fe cuando vamos a la iglesia, nos unimos con amigos cristianos, hacemos preguntas en la congregación, leemos la Biblia y otros buenos libros. Alimentamos las dudas cuando andamos con quien no debemos, faltamos a la iglesia, escuchamos demasiado a personajes de los medios, nos rebelamos por popularidad y no separamos un tiempo devocional. El problema es que siempre llega la pelea de los perros y en esa ocasión ganará el que esté mejor alimentado.

Punto de reflexión

¿A quién estoy alimentando? ¿Qué puedo hacer para alimentar la fe?

Audiencia con el Rey

Querido Rey, hoy quiero comprometerme a alimentar la fe y no a las dudas. Ayúdame a afianzarme en mis convicciones y mi identidad cristiana.

Sobreviviendo El Tour de France

Sobreviviendo El Tour de France
por Lucas Leys

1 Corintios 9:26. Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire.

El Tour de France es la carrera ciclística más importante del mundo. Prácticamente se trata de darle la vuelta a Francia. Los competidores hacen un trayecto de 3630 kilómetros (2287 millas) saliendo de París y terminando en los Campos Elíseos luego de veintiún etapas y casi un mes de competencia. El Tour de France es una carrera de extremas exigencias y demanda un excelente estado físico. Por eso fue que en ese año todos quedaron muy sorprendidos cuando Lance Amstrong aseguró que iba a participar. Aunque ya era considerado uno de los mejores ciclistas del mundo, Amstrong había sido diagnosticado con cáncer. Le había inundado todo el abdomen, los pulmones y el cerebro. Mientras estaba pasando por todos los tratamientos y sin saber si algún día iba a lograr competir estudió por separado cada tramo de la carrera y se entrenó como un desesperado tras lograr salir de esa etapa en ese infierno llamado cáncer. La meta la tenía clara. Ya había ganado importantes carreras, pero el Tour de France era la más importante de todas y debía ganarla. Sus médicos y su familia lo ayudaron a luchar con la enfermedad y luego de una temporada de dudas, trabajo, miedo y esfuerzo, Amstrong fue dado de alta para seguir compitiendo. Contra todas las apuestas y pronósticos Lance Amstrong se presentó y ganó el rally de los ciclistas y dejó al mundo de los deportes anonadado por su logro.

Esos días de quimioterapia y miedo debieron haber sido terribles. Ver las carreras por televisión o leer alguna revista especializada sin que estuviera su nombre entre los favoritos no le hacía ninguna gracia. Pero Amstrong no perdió la esperanza y a pesar de que no veía la posibilidad de alcanzar su meta, se entrenó seguro de participar en la carrera de sus sueños. Estudió cada parte del trayecto desde su cama y se entrenó en la casa con una bicicleta fija. Cuando los médicos le dieron la noticia de que el cáncer se había detenido y que estaba en condiciones de competir, Lance ya estaba listo para competir. Ganó en el año 1999 y en el 2000 lo volvió a hacer.

Punto de reflexión

¿Qué puedo aprender en mi vida espiritual del ejemplo de Amstrong?
¿Cómo puedo «entrenarme» hoy aun cuando las metas parezcan lejanas?

Audiencia con el Rey

Querido Señor, antes los problemas y dificultades que ya me tocaron desde mi niñez y que todavía tengo que vivir quiero considerarme un sobreviviente y no una víctima. Quiero que me ayudes a no perder de vista mis metas y usar cada circunstancia con la esperanza de lograrlas.

Edison El Fracasado

Edison El Fracasado
por Lucas Leys

Gálatas 6:9. A su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.

Peor que muchos fracasos son pocos intentos. Así dijo Thomas Alva Edison el inventor de la lámpara eléctrica luego de 1200 experimentos fallidos. Era el año 1879 y Thomas ya había invertido $40,000 (una millonada en aquel entonces). Había probado más de 6000 filamentos vegetales tratando de encontrar un conductor de energía, los cuales habían sido enviados de países lejanos, y todavía todo parecía ser un fracaso. Hasta ese entonces las ciudades, las casas, las calles y las noches eran densamente oscuras. Era obvio que la gente que escuchaba acerca del proyecto e incluso sus amigos pensaran que era imposible. Hacía cincuenta años que otros científicos daban vueltas acerca del experimento pero todos terminaban abandonando la idea. Varias veces Edison había reunido a varios personajes importantes para ver el gran acontecimiento y todo el tiempo terminó avergonzado. Sin embrago, Edison siguió y siguió con la idea fija. Un día Edison decidió que el filamento apropiado tenia que ser de algodón carbonizado y arregló todo para probarlo el 21 de octubre de 1879. El voltaje fue aplicado a las terminales y de a poquito una tenue luz naranja fue emergiendo del frasco de vidrio. Trece horas duró la luz de esa primera lámpara eléctrica. Para cuando Thomas Alva Edison murió, el mundo entero sabía acerca de la luz eléctrica y miles de ciudades ya estaban completamente iluminadas de noche. En una ocasión se le preguntó acerca del secreto de su éxito. Edison respondió: «Tenemos que aprender que es bueno fracasar. El genio es 1 % inspiración y 99% transpiración». Bajo el nombre de Thomas Alva Edison fueron patentados 1093 inventos de los cuales la mayoría todavía usamos o fueron la base para crear otros avances tecnológicos.

Punto de reflexión

Uno por ciento inspiración, noventa y nueve por ciento transpiración.
¿Cómo reacciono ante los fracasos?

Audiencia con el rey

Señor, quiero mantener una actitud positiva pese a los aparentes fracasos. Dame la fuerza para no rendirme y la convicción para ir por mi futuro con mucha transpiración.

Dignidad

Dignidad
Por Raquel J. López Oliver

En mi experiencia trabajando con jóvenes, particularmente con chicas, me he dado cuenta que en la búsqueda de quiénes somos y lo que queremos, muchas veces olvidamos nuestros principios básicos y ‘tambaleamos’ con nuestras convicciones. En ocasiones dudamos del lugar que podríamos alcanzar por miedo a quedarnos solas. Es por eso que quisiera hablar de una palabra que ya casi ni escuchamos: D.I.G.N.I.D.A.D.

Una de las historias que más ha impactado mi vida se encuentra en el libro de Ester. Me quisiera referir a la vida de la reina Vasti, quien más allá de las consecuencias, puso su dignidad como prioridad a pesar de las consecuencias.

El rey Asuero era un hombre poderoso, rico, orgulloso de su reinado y de su esposa, la reina Vasti. Es tanto así que cuando los invitados en sus fiesta habían pasado varios días festejando y tomando, él le ordenó a ella exhibirse ante ellos usando su corona real, o como algunas fuentes sugieren, usando ‘solamente su corona real’. Ella se rehusó a presentarse y a pesar de que aquí apenas comienza la historia me quiero mantener en el rehúso de la reina sin llegar a su reemplazo por Ester.

Vasti sabía con toda seguridad a qué se enfrentaría al negarse a ante el Rey. Demostró que consideraba de más valor su dignidad como mujer que el mismo favor del rey al exhibirse como objeto público. Para nosotros ese fue el final de su historia, para ella posiblemente fue el comienzo de su exilio y de el disfrute de una vida digna.

Estamos invadidas, saturadas e hipnotizadas por un modelo genérico, estandarizado y comercializado de lo que es ser una ‘mujer ideal’. Un ideal que viene desde las ‘nuevas modas de seducción’ en donde le decimos a los chicos ‘mírame pero no me toques’, un ideal que nos hace mirar a los chicos como objetos y no como seres que tienen sentimientos y emociones porque nos han hecho creer que ‘todos son iguales’, un ideal que nos hace pensar que el futuro se mide a base de probar relaciones y para ver cuál escoger.

Amigas, hermanas y chicas: ¡La dignidad no es mercadeable! La dignidad va por encima de decretos, modas, culturas y hasta subculturas. Sí, ya me imagino que quieres que te de mi definición de dignidad. En mi opinión dignidad es el valor que se le da a la vida. Según el diccionario Larouse la dignidad es una cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden.

Concluyo diciéndote que quienes somos ahora determina muchas cosas de nuestro futuro pero las circunstancias no necesariamente lo determinan. Posiblemente haya habido alguna ruptura en el noviazgo, o la figura de padre en tu hogar haya faltado, quizás te hayas sentido rechazada, en fin tantas situaciones en nuestras vidas que pueden estar pasando, pero quisiera que te grabaras esto: Así como Vasti, quien puso su dignidad por encima de su seguridad económica, matrimonio, amistades, modas, palacio, etc., debieran ser las circunstancias las que nos convenzan cada día a pensar que ¡nuestra vida se merece dignidad!

Reprobado en Paciencia

Reprobado en Paciencia
Por Francis Montás.

Sin dudas que el ministerio juvenil produce emocionantes lecciones y aprendizajes; pero tengo problemas con una materia en particular, una de las que con más frecuencia repruebo. Se trata de…paciencia. Confieso que no me gusta para nada. Cuando creo que he avanzado algo en ese renglón, en cualquier momento, vuelvo hacia atrás. Mentalmente estoy estructurado para esperar que 2+2 siempre es igual a 4. Es algo así como que el resultado debe ser directamente proporcional al esfuerzo.

Lo que estoy diciendo, es que me he formado algunas expectativas con los jóvenes a los cuales Dios me ha dado el privilegio de servirles en la pequeña iglesia que pastoreo. Me esfuerzo y espero que el resultado sea el mismo que he planificado. Aritméticamente parece que estoy en lo correcto. El problema es que de nuevo en cualquier momento la realidad viene y…Zass! Las cosas no salen como las espero. De golpe, se caen algunas expectativas. Y... ya saben. Vienen los berrinches, los pataleos normales, lanzarle preguntas a Dios; ah, y de paso, como quien no quiere la cosa, le dejo una amenaza encubierta con una muy piadosa oración…”Si tu quieres puedo hacer otra cosa. Total, esto lo hago por Ti”.

Ya me ha ocurrido tantas veces que perdí la cuenta. Reflexionando acerca de esto me doy cuenta que el problema tiene que ver exclusivamente con las expectativas que YO (Así en mayúsculas para maltratar el ego, je,je,je) tengo sobre los jóvenes a quienes sirvo. Lo que estoy diciendo es que, cuando en esos jóvenes no se cumplen las expectativas que tengo, soy capaz de enojarme y mucho. Me cuesta entender que no siempre en el ministerio 2+2 es igual a 4.

Los que trabajamos con adolescentes y jóvenes podemos caer en la tentación de olvidar que los resultados generalmente van lentos. Nos emocionamos cuando vemos a los jóvenes con gran fervor en la más reciente reunión juvenil; pero luego nos desplomamos cuando descubrimos que el fervor de la semana pasada se fue a una disco en extremo venenosa y nos dejó esperando con todo y la responsabilidad que tenía en la iglesia. O simplemente cuando descubrimos que una parte de los jóvenes para quienes planificamos un excelente programa, se quedaron en casa viendo en la tele el electrizante partido de béisbol que pasaban esa noche (En mi país el béisbol es el deporte rey) y no podían perderse a sus jugadores y equipos favoritos.



Lloramos de alegría cuando notamos lo rápido que avanzan en el discipulado y nos cuentan sus testimonios; y volvemos y lloramos junto a ellos cuando nos confiesan “Soy muy débil, no pude ser fiel a Dios, no puedo controlar mis deseos, lo siento, fallé otra vez...”

Por más que avanzo en el ministerio muchas veces olvido que la mejor expectativa es la de Dios, no la mía. El mejor resultado sigue siendo el que Dios empuja, no el que yo pujo. El más grande crecimiento es el que Dios sopla, no el que estoy halando. La madurez perfecta es la que Dios planificó en Cristo, no la que planifico saturando a los jóvenes con mis conocimientos. El mejor programa es donde está Dios, no donde estoy yo.

Y para avergonzarme mas, llega a mi mente una preguntita: Francis: …Y tu, ¿Estas cumpliendo las expectativas de Dios?
Oh, mi Dios, que fuerte! ¡Tumba eso!

Algunos líderes pensamos que nuestra cuenta con el Señor corre separadamente. Ignoramos que mientras Dios trabaja con los que lideramos, nunca se detiene con nosotros. Al mismo tiempo estamos siendo procesados. Todos estamos en el bote, en la misma noche de tormentas y mar tempestuoso. Y solo Jesús es el capitán.

El ministerio con los jóvenes requiere que sus líderes se ejerciten en paciencia. Mucha paciencia y perseverancia. Total, alguien más esta teniendo esa clase de paciencia con nosotros. Por eso, aún estamos aquí. “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Heb. 12.1(b). “Porque es necesaria la paciencia para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. Heb.10.36

Francamente, si lo pensamos bien, los líderes no somos tan diferentes de nuestros chicos y chicas. Así que mientras esperamos con paciencia resultados en ellos, oro y espero que no perdamos la paciencia con nosotros mismos cuando nos toque responder la pregunta ¿Estas tu cumpliendo con las expectativas de Dios?

Hijos de pastor. . . lo peor.

Hijos de pastor. . . lo peor.
Por Junior Zapata

Uno de mis primeros recuerdos de la iglesia es estar sentado en una de las bancas de cedro adelante. Por alguna razón, a los hijos de predicadores y pastores nos sientan siempre adelante. Alguien en algún tiempo tuvo brillante la idea de hacer pensar a los demás que mientras mas adelante se sienta uno en la iglesia mas “santo” o mas “cristiano” es. En fin, mi recuerdo es estar en esa banca y ver a una hermana que con su dedo apuntándome a la cara me decía: “¡¡Junior, te tienes que portar bien porque tu papá está predicando!!”.
Hoy, 30 años después, aún no entiendo lo que la hermanita me estaba tratando de decir. ¿Qué?, ¿quiere decir que si mi papá NO estaba predicando entonces me podía portar mal? No quiero sonar poco brillante pero ¿qué tenía que ver el hecho que mi papá estaba predicando con que yo me portara bien? Acaso ¿no nos debemos portar todos bien todo el tiempo no importando quién esté predicando? Ahahahaha, los grandes misterios de nuestro universo!!!!!!
Yo creo que no hay mucho misterio. Creo que es obvio el problema serio que afrontamos como iglesia con aquellos que son hijos de “Líderes” o “Pastores”. Al mismo tiempo, no quiero poner el problema fuera de proporción. Hay muchos hijos de líderes cristianos que no hemos tenido la clase de problemas de rebeldía que generalmente se nos atribuyen. Hemos tenido problemas, si, pero no hemos llenado el perfil que generalmente (y muchas veces erróneamente) se le atribuye a los hijos de pastores.
Quiero ser claro aquí, yo se que yo no era el niño merecedor del diploma por mejor comportamiento. De niño yo no necesitaba oración, creo que necesitaba liberación!!!!!!! Solo pregúntenle a mis maestros de Escuela Dominical o a los compañeros de ministerio de mis papás. No me acuerdo muy bien, pero creo que cuando yo entraba los domingos en la mañana al edificio de la Escuela Dominical, los maestro no decían: “ Huy, allí viene Junior”, creo que decían: “ Huy hay viene el gadareno” !!!!!!!. Y juzgando mis recuerdos ahora como persona mayor, tengo que acceder a que mis pobres maestros tenían razón!!
Lo interesante es que ahora también puedo juzgar que mi comportamiento no era porque era hijo de un predicador sino era resultado de ser un niño hiperactivo. Sí, yo era hijo de pastor, pero también era hiperactivo. Y recuerdo que había en la iglesia otros niños hiperactivos y traviesos como yo, pero en ellos, ese comportamiento los hermanos lo veían como normal. En mi, lo miraban como resultado de ser hijo de pastor.
Esta creo que es la raíz del problema; las expectativas que tenemos de los hijos de nuestros líderes. Los medimos con la misma vara con que medimos a nuestros líderes. Vemos a Pedrito, vemos a Susanita, y queremos ver a un pastorcito a una pastorcita. Estamos muy equivocados.
Si tan solo dejáramos en paz a los hijos de nuestros pastores y líderes. Si los dejáramos ser según su personalidad. Si los disciplináramos según su edad y no según la posición de sus padres, ellos crecerían en un ambiente que ellos respetarían porque percibirían que la gente al rededor respeta su personalidad, su forma de ser y su espacio personal.
¿Cómo queremos que los hijos de nuestros líderes sean lumbreras si desde pequeños han crecido con la famosa frasecita: “ Hijo de pastor. . .lo peor” ?
Una vez, después de hacer una de mis famosas travesuras en la iglesia (le puse una rata blanca en la bolsa a mi maestra---ya me perdonó--) uno de los adultos me miró hacia abajo con mirada de dios griego y me dijo: “Bien dicen, hijo de pastor lo peor”.
En la noche, después de que en mi casa me habían disciplinado por mi hazaña, pregunté a mi mamá qué significaba esa frase. Ella me dijo: “¿Quién te dijo eso hijito?” –“ El hermano Ramiro”—le contesté, no entendiendo la cara de curiosidad de mi mamá (ahora ya la entiendo!!). “Ah”—me contestó—“ el hermano Ramiro se confundió, lo el quiso decir fue ‘hijo de pastor lo mejor’!!!!!!!” Mi mamá siempre sembrando positivismo en mi corazón. “ Lo que hiciste estuvo mal”,--continuó diciéndome—“ pero lo que el hermano Ramiro te dijo no fue por eso. Eres tan bueno y tan lindo –(quiero creer que aún lo soy!!!!!!!)—que eres lo mejor”.
¿Qué le estamos sembrando en el corazón a los hijos de nuestros líderes? ¿No creen que si sembramos en ellos que son lo mejor y que son especiales, crecerán comportándose como los mejores y los mas especiales?
Quiero pedirles perdón por ponerme de ejemplo, pero humildemente les digo que es el mejor que pude encontrar!!!!!! Basado en mi propia experiencia, quisiera compartir lo que yo creo que son las responsabilidades de la iglesia hacia los hijos de pastores y líderes. También quisiera compartir lo que aprendí de mis padres creciendo como hijo de líder. Y como “bonus track” le quiero compartir unos pensamientos a mis compañeros de batalla, los hijos de pastores.
Cosas que aprendí de la iglesia:

Mi papá es el pastor, no yo. En 1 Crónicas 29 vemos un ejemplo clásico de esto. El Rey David estaba dando sus últimas instrucciones para la construcción del templo y la continuidad del Reino. El capítulo abre con la instrucción firme y específica a toda la congregación: “ Sólo a mi hijo Salomón ha elegido Dios. El es joven e inmaduro . . .”. Wow!!! David no sólo le estaba hablando a “su” congregación, nos estaba hablando a todos nosotros. Los hijos de nuestros líderes han sido escogido por Dios para estar en La Obra con sus padres pero no son como sus padres, por un tiempo serán jóvenes e inmaduros. La iglesia adulta y madura tiene la responsabilidad de amarlos así y ayudar a su crecimiento espiritual para que su amor por la iglesia crezca y no disminuya como muchas veces lastimosamente es el caso.

Castíguenme porque me porto mal, no porque mi papá es pastor. Yo no digo que hay que tolerar el mal comportamiento. Pero sí creo que debemos ser justos y disciplinar por las razones correctas. Los procedimientos disciplinarios que la iglesia tenga se deben aplicar. Pero no hay excusa de sacar la ya trillada bandera de que “tienes que dar el ejemplo”,--¿ejemplo de qué? o “No te da vergüenza, tu papa es el pastor”--¡No!, no me da vergüenza portarme mal, ni me da vergüenza que mi papá sea el pastor.

Prémienme por lo que soy no por lo que mis papás son. Muchas veces los hermanos de la iglesia cometen el error de darle privilegios a los hijos del pastor no porque son competentes sino para que el pastor se sienta bien que a sus hijos los toman en cuenta. Si los hijos del pastor son buenos para cantar hay que ponerlos a cantar, si no sirven para cantar, pónganlos de burritos en el drama de Jesús entrando a Jerusalén, pero no les den un privilegio que no les corresponde. Y cuando se lo den, asegurense de que sepan que es por sus méritos y no por los méritos de sus papás.

El líder de la congregación es mi papá, no yo. Muchas veces, se le otorga a los hijos de pastores cierta aura de autoridad por el puesto que el papá o la mamá tiene. Eso es un grave error, especialmente si son adolescentes. Los hijos de líderes, tienen el derecho a hacer fila afuera en el estacionamiento antes de un evento como el resto de la gente. Tienen derecho a sentarse hasta atrás si llegaron tarde. Tienen derecho a no poder estacionar su propio vehículo en un estacionamiento preferencial. Le damos el mensaje equivocado a los hijos de los líderes y al resto de la congregación cuando los hijos tiene privilegios desproporcionados. A menos que la congregación sea propiedad del pastor y de la pastora, la verdad es que debería haber miembros de la iglesia con mejores “beneficios”.

Cosas que aprendí de mis papás:

Nunca los oí hablar mal del Ministerio. Mis papás nunca nos envenenaron con las quejas del ministerio. Y me imagino que las había. Nunca hablaron mal de “los hermanos” enfrente de nosotros. Me recuerdo una vez que mi papá tuvo que dejar el liderazgo de un ministerio por la ambición de alguien mas que quería su puesto, mis papás nunca hablaron mal de la situación ni del hermano. Como mis papás nunca se quejaron del ministerio, yo crecí aprendiendo que era la vida mas emocionante que había y naturalmente le pedí a Dios que me llamara a La Obra así como había llamado a mis padres

Nunca nos pidieron que nos portáramos como “hijos de pastores”. Muchas veces nuestros líderes les piden a sus hijos que dejen de hacer algo o se comporten de cierta forma por la posición de liderazgo que ellos tienen. Les tengo malas noticias, su hogar es mas importante que su ministerio. Si se siente presionado porque sus hijos “den el ejemplo”, de el ejemplo usted primero, dedíquese a sus hijos mas que a su ministerio. Muchas de las cosas que yo hacía y mucho de mi comportamiento muchas veces tuvo que haber avergonzado a mis papás. Pero ellos pedían que yo cambiara no porque ellos eran “líderes” sino porque yo tenía que honrar a Dios. Eso era lo importante para ellos, yo, entonces crecí aprendiendo también que eso debía ser lo importante para mi.

En la Iglesia y en la casa, mis papás eran los mismos. Con tristeza tengo que decir que al hacer consejería con muchos hijos de pastores, me doy cuenta del doble mensaje que reciben de parte de sus padres. En la iglesia mi papá era caballeroso con mi mamá, en la intimidad de nuestra casa también. Delante de los hermanos mi mamá era cariñosa conmigo—a pesar de mis maravillosas travesuras!!—en la intimidad de nuestra casa también. En el púlpito mi papá predicaba con poder acerca de la oración y cuando yo me levantaba al baño a las 4:00 a.m. yo miraba a mi papá de rodillas orando—todos los días—. Mi mamá regañaba a las hermanas para que dejaran de ver telenovelas y leyeran su Biblia. En la casa, si mi mamá no estaba haciendo el oficio, estaba leyendo su Biblia—siempre— En la Iglesia y en la casa, mis papás eran los mismos.
Cosas que aprendí como hijo de pastor:

Dios tiene un lugar especial en Su corazón para los hijos de pastor. Dios sabe que muchas veces yo tuve que “ compartir ” a mis papás con Su Obra. Las noches que tal vez me dormí y mi papá no había llegado porque el servicio se había alargado. Los fines de semana que no pude ir al parque de diversiones como todos mis amiguitos porque nosotros íbamos a la iglesia. La vez que yo quería ir a ver a mi equipo preferido de fútbol pero ese día mi papá ya tenía compromiso para predicar. Todo esto Dios lo guarda en Su corazón de Padre y nos lo recompensa. Tal ves hemos llorado porque nuestro sistema de vida es diferente al de las familias de nuestros amigos. Dios sabe esto, por eso ha prometido que los que sembramos con lágrimas cosecharemos con regocijo. En mi caso, ¡¡cómo he cosechado de bien!!

Los hijos somos el regalo de Dios a nuestros padres. En el Salmo 127 Salomón describe lo que él vio en su padre el Rey David. Obviamente, David le hizo sentir a Salomón que el como hijo era la bendición mas grande que tenía. “He aquí, heredad de Jehová son los hijos; recompensa es el fruto del vientre.”(vr. 3) Nosotros somos la herencia que Dios le ha dado a nuestros padres. Es privilegio de ellos tenernos, y es privilegio nuestros ser ese regalo para ellos. Tal vez no muy te gusta la idea de haber nacido en un hogar de pastores, pero eso no lo puedes cambiar porque Dios quiere que esa sea bendición para tus padres y para ti. Es un privilegio muy alto. No somos hijos de los ancianos de la iglesia, no somos hijos de la maestra de Escuela Dominical. Somos hijos de nuestros padres y somos el regalo de Dios para ellos, si eso no le gusta a la iglesia, el problema es de ellos.

Mi papá es el pastor todo me faltará. . . . A veces, dependiendo de la naturaleza del Ministerio, los hogares de pastores y líderes no tienen todas las comodidades que los hijos quisieran tener. Aún así, Dios nunca los abandona y siempre les da lo necesario. Afortunadamente, muchos ministerios cuidan bien de sus líderes y sus familias. Tal ves como hijo de pastor o líder te has sentido limitado en lo que tienes y en lo que puedes tener. Tenemos que recordar que fuimos llamados como familia a servir a Dios por fe, no por dinero. Y al final del camino te darás cuenta que vale mucho mas la pena vivir por fe que por el trabajo. Tal ves no pudiste tener todas las cosas que quisiste pero se que tuviste lo que necesitabas. Cada ves que deseaste algo y no lo podías tener a causa del llamado de tus padres, Dios te lo va a dar a lo largo de tu vida. Tus hijos van a cosechar lo que tu sembraste. No digas que creciste en pobreza, porque ese es un termino de nuestra sociedad consumista y materialista. Pobre no es el que no tiene, pobre es el que no cree. Los hijos de pastores tal vez no heredamos terrenos, ni fortunas, ni reinos, heredamos algo mas valioso. Heredamos algo que otros, por mucho que amen a Dios, no pueden heredar si no están en La Obra. Se nos deja una legado espiritual, el hecho que nuestros padres no sirvieron en la industria, no sirvieron en el gobierno o en los negocios, sirvieron con sus vidas y sus hijos al Dios Altísimo creador del universo. “. . .pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” , es mas que un versículo bonito en Josué 24 para colgar en la cocina. Es la declaración de Josué a la congregación y a sus propios hijos que lo mas importante que el le dejaba a su familia no eran los terrenos, las pertenencias o cualquier otra cosa material, la herencia que el dejaba era que él y su familia habían servido y servirían a Jehová.

“Hijo de pastor . . . ¿lo peor”?, no creo. Seremos lo que la iglesia espera que seamos. Iglesia, instruye al hijo de pastor en su camino y cuando sea grande no se apartará de el.

Humanismo, decisiones y Josué

Humanismo, decisiones y Josué
Por Félix Ortiz

Josué es uno de los grandes personajes del Antiguo Testamento. De hecho es una de las honrosas excepciones de personajes que acabaron bien, que fueron fieles hasta el final de sus días. Hemos de ser conscientes que, lamentablemente, no es posible decir lo mismo de muchos otros.

Josué fue el fiel ayudante de Moisés durante los cuarenta años de peregrinaje por el desierto antes de entrar en la tierra prometida.

Fue, juntamente con Caleb, el único de los espías que dieron un informe positivo y lleno de fe acerca de las posibilidades que Israel tenía de adueñarse de la tierra prometida por Dios. Por esa razón, el Señor le permitió entrar en la tierra.

A lo largo de los primeros capítulos del libro que lleva su nombre vemos como el liderazgo de Josué sobre Israel se va consolidando poco a poco. En varias ocasiones se nos indica que el Señor estuvo de su lado e hizo que su autoridad creciera entre el pueblo.

Josué también supo desempeñarse cuando tuvo que enfrentar situaciones de crisis. Cuando el pecado de Acán convierte en culpable a todo el pueblo, tomó el problema de frente y extirpó la maldad de en medio de Israel para volver a contar con el favor de Dios.

Como ya se ha indicado con anterioridad Josué es un positivo ejemplo de fidelidad y caminar con el Señor hasta el fin de sus días. Los capítulos 23 y 24 de su libro nos indican cómo fue íntegro y recto hasta su muerte y como animó y exhortó a Israel a reconocer el cumplimiento de las promesas de Dios y mantenerse fiel al Señor huyendo de la idolatría.

Josué también se reveló como un profundo conocedor del carácter humano. En el capítulo 24 antes mencionado reconoció la incapacidad que Israel tendría de mantenerse fiel al Señor. Muchos años de liderazgo al frente de Israel le habían dado una comprensión muy clara de la fragilidad e inconstancia de carácter de aquel pueblo. Su profecía se vio ampliamente demostrada por lo sucedido y narrado en el libro de los Jueces.

Pero Josué también tuvo sus inconsistencias y podemos aprender de ellas. Los gabaonitas supieron ponerlo en un buen aprieto.

Se nos dice que los habitantes de Gabaón eran más listos que el hambre y supieron interpretar muy bien la realidad que estaban viviendo. Se dieron cuenta de su incapacidad para derrotar a Israel ya que el Señor estaba luchando de parte del pueblo escogido.

Actuaron como dice el refrán: “si no puedes con tu enemigo, únete a él” y tramaron un ardid bien pensado, bien realizado y que dio el fruto que ellos esperaban, engañaron a Josué y el resto de los dirigentes del pueblo de Israel.

Josué peco de exceso de confianza en sí mismo y su capacidad para conocer, entender y evaluar la situación. Confió en su buen juicio y en sus propios criterios y en base a ello tomó la decisión que consideró más pertinente.

Josué se dejó llevar por los indicadores que tenía delante de sus ojos. Estos parecían tan claros, tan obvios y la situación tan contundente que no consideró necesario el consultar al Señor acerca de todo ello. Josué se consideró lo suficientemente autónomo para no precisar de la sabiduría y el discernimiento de Dios para tomar las decisiones correctas con relación al asunto que tenía entre manos. Sin duda olvidó que las cosas, muy a menudo, no son lo que parecen a primera vista.

Tres días después se dieron cuenta que habían sido engañados. Para entonces ya era demasiado tarde y ellos no estaban en condiciones de volverse atrás del juramento hecho en el nombre del Señor.

Josué y el resto del pueblo tuvieron que pagar las consecuencias de haber tomado decisiones precipitadas y sin consultar al Señor. Los gabaonitas siempre vivieron en medio de ellos y fueron de los pueblos que posteriormente de forma continuidad constituyeron una tentación permanente para Israel.

No deja de ser curioso el modo de proceder de Josué, especialmente si lo contrastamos con la forma en que procedía Balaam que de forma continuada buscaba la dirección y la voluntad de Dios antes de tomar decisiones.


APLICACIÓN EN UN MUNDO POSTMODERNO

La sociedad postmoderna es una sociedad humanista. El hombre es el centro y además es autónomo y autosuficiente con relación a Dios. Por tanto, puede tomar sus propias decisiones, basadas en sus propios criterios, en su juicio y capacidad de discernimiento sin la necesidad de recurrir a la sabiduría que pueda venir del conocimiento de Dios y su Palabra.

Josué es un buen ejemplo de la necesidad que los cristianos tenemos de buscar y considerar la voluntad de Dios antes de tomar nuestras decisiones.

Josué nos enseña que la realidad no siempre es como aparenta ser y, por tanto, no siempre nuestros criterios y capacidad de juicio y evaluación son adecuados para tomar decisiones.

Josué nos enseña acerca del peligro y temeridad de no consultar al Señor y dar por sentado que entendemos y sabemos cómo proceder delante de los retos y desafíos que vivir en una sociedad postmoderna nos plantea.

Josué en definitiva nos desafía, con su ejemplo negativo, a seguir las palabras que aparecen en el libro de Proverbios: “Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y Él te llevará por el camino recto. No te creas demasiado sabio; honra al Señor y apártate del mal” (Proverbios 3:5-7)



PREGUNTAS DE INTERACCIÓN

1. ¿Qué criterio usas para tomar tus decisiones?

2. ¿Qué significa que la realidad no es en muchas ocasiones lo que aparenta?

3. ¿Puedes poner ejemplos en este sentido de tu propia experiencia personal?

4. ¿Estas viviendo situaciones en las cuales deberías considerar cuál es la voluntad de Dios a pesar de que son aparentemente claras?

Llamados a ser santos

Llamados a ser santos

Por María Carmen Serrudo de Arana


Era un joven fuerte e inteligente, su padre le había enseñado su habilidad del negocio, y su buena cuna hicieron de él alguien que tenía mucho de que gloriarse y exaltarse. Su profunda educación con famosos y expertos maestros, y la defensa de su cultura, le dieron los bríos para tener la absoluta certeza de que lo que hacía siempre era lo correcto. Su justicia e integridad le ganaron campo en su medio social, dándole autoridad suficiente para hacer justicia en el momento propicio.

Todo iba muy bien, hasta que un día en que cumplía estrictamente su deber, ocurrió lo inesperado que lo obligó a dejar su negocio, su posición y su círculo social. Se alejó de su ciudad y fue a adiestrarse en otro "negocio", luego de varios años retornando a su ciudad natal, la gente le temía, desconfiaba de él, lo despreciaba y lo atacaba.

Pero él con toda la energía y conocimiento acumulados en su niñez, juventud, y en el tiempo de entrenamiento fuera, enfrentó aquel cambio tan profundo no solo externo y social, sino ante todo espiritual.

Su nombre era Saulo, judío de judíos, nacido en Tarso, instruido a los pies de Gamaliel, estricto en la ley de sus padres, celoso de Dios, perseguidor de los cristianos que no perdía la oportunidad de apoyar su ejecución y persuadir en las sinagogas en contra de ellos. Consiguió cartas para buscarlos incluso en Damasco.

Pero todo lo hacía convencido en lo más profundo de su corazón, por una fidelidad y un celo para agradar al Dios de sus padres. Por ello, luego del llamado de Jesucristo, la sorpresa que produjo no fue pequeña.

Su propia gente lo despreció y lo odió. Los demás cristianos lo despreciaron y le temieron, desconfiaban de su conversión, pero solo Dios conocía el cambio profundo y dramático que le había acontecido.

De igual manera, Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, durante su vida terrenal fue juzgado, criticado y condenado por decir la verdad. Muchos de los cristianos hoy en día somos igualmente juzgados y despreciados por querer luchar contra el pecado y el mal. Somos llamados justicialistas e integralistas, con menosprecio y burla. Por nuestra parte, juzgamos y criticamos a aquellos que consideramos hijos de las tinieblas, pecadores y hasta blasfemos, por el solo hecho de que no siguen nuestra misma fe. Pero, la historia se repite...

Pablo juzgó, persiguió y condenó a aquellos que a sus ojos estaban blasfemando e iban en contra de las leyes del antiguo pacto al seguir un nuevo pacto. Para él era una falta tal que merecía incluso la muerte. Pero Pablo hizo aquel nuevo pacto vida en su ministerio.

De perseguidor pasó a ser perseguido, de juez pasó a ser juzgado, de la letra de la ley, pasó a la ley del Espíritu Santo que habita en los corazones, y su odio fue transformado en amor. Toda persona que no ha tomado la decisión de seguir a Jesucristo y aceptarlo como su único y suficiente Salvador, está igual que Saulo. Es fiel a su "religión", a la cual no quiere y ni desea renunciar.

Con su tradición cree estar sirviendo al Dios que un día de niño empezó a conocer, pero aún no experimentado ese cambio radical del llamado, un cambio que no será un cambio de religión, sino un cambio de corazón y de vida.

Tal vez usted aun no ha tenido un encuentro personal con Jesucristo y aun no ha nacido de nuevo, tal vez aun sea como Saulo, haciendo lo mejor por agradar a Dios.

Tal vez es juzgado y criticado por amigos y familiares, o por otros cristianos, y es probable que usted también los juzgue a ellos.

Si usted está en esa condición, recuerde que Jesucristo está tocando a su puerta. Lo esta llamando por su nombre y le dice: "¿Por qué me persigues? ¿Por qué me juzgas? ¿Por qué me criticas? ¿Por qué no sigues mis pasos?"

Cuando usted escuche esa voz, y la reconozca y la siga, el poder de Dios por medio de su Espíritu Santo lo deslumbrará. Quedará deslumbrado al darse cuenta de las maravillas que le está ofreciendo.

Él le está ofreciendo pertenecer a su familia. Él quiere que su apellido espiritual sea "Santo". Y ya no será más el pecador que lucha por ser santo, sino que será el santo que lucha por no pecar.

Sí, luchará por ser fiel a Dios, luchará por utilizar la poderosa fuerza de su Espíritu Santo para vencer las tentaciones, y entonces, sus caídas estarán protegidas por las manos de Dios. Tendrá luchas pero ya no con pecadores, sino con el pecado mismo. Se acercará a Dios, y el demonio huirá de su vida y su camino.

La mejor analogía es aquella que diferencia entre una oveja y un cerdo que caen en el fango. La reacción de la oveja será de desesperación y gemirá pidiendo ser sacada de allí, y recién podrá sentirse en paz cuando haya salido y se encuentre en un lugar limpio y seco. En cambio, el cerdo al caer en el lodo también gime, pero de placer. Se introducirá aún más y se revolcará tratando de disfrutar a lo máximo del sucio lodo.

De igual forma, el hombre nacido de nuevo es igual que la oveja, cuando cae en el pecado o se halla en un ambiente de pecado, gemirá, se sentirá incómodo, y se esforzará por librarse de aquella contaminación espiritual.

En cambio, el pecador, el que aún no ha sufrido el cambio de la conversión, no sentirá ninguna diferencia, sino, por el contrario, se sentirá como en su medio y disfrutará de los deleites del pecado.

Pero, la decisión es suya. ¿Quiere ser manso como una oveja, rechazar el pecado y luchar contra él, o prefiere ser como el cerdo que se complace en el pecado? Ahora es el momento, el Señor está llamándolo a un cambio.

Ahora es el momento de tomar su decisión de fe, seguir a Jesucristo como el único camino al Padre, y recibirlo en su corazón y en su vida como su único y suficiente Salvador. Diríjase a Dios.

Él lo está esperando con los brazos abiertos y con el anhelo de hacerlo su hijo y coheredero con Jesucristo. Entonces su vida será la que resplandezca, sus ojos verán de diferente manera, sus oídos oirán diferentemente, y su boca proclamará la gloria de Dios.

Sobre todo, su corazón se llenará de tanto amor que de cada célula de su cuerpo fluirá el Espíritu de Dios. Su vida cambiará y se llenará de esperanza y confianza en un Padre que lo ama y que quiere caminar junto a usted y sostenerlo en los momentos difíciles de su vida.

¿Está dispuesto a enfrentar tan grande experiencia? Si es así, manos a la obra, Jesús lo esta esperando.

Nunca digas .nunca

Nunca digas .nunca

No te desanimes ni te dejes convencer de que nunca alcanzarás tu meta. ¡Sí puedes alcanzarla!

“¡No puedo! ¡No podré nunca! Dejémoslo así”.

Tal vez no logras entender el álgebra. O por mucho que le des a la pelota, no logras conectar un tiro.

¿Estás convencido de que nunca podrás hacer estas cosas? Si no puedes, sencillamente no puedes, así es que ¡olvídalo! ¿Sí?

¡No!

Mira el ejemplo de un hombre que no se dejó desanimar ni convencer por otros de que era imposible.

Cuando Walt Disney, el legendario autor de muchas películas y fundador de Disneylandia, comenzó su empresa, todo el mundo le decía: “Tus proyectos no van a funcionar... Eres un soñador”. Se le presentó un obstáculo tras otro, pero él siguió trabajando y perseverando.

Walt Disney tenía la actitud de “sí puedo”. Cuando empezó a trabajar en su primer largo metraje de dibujos animados: “Blanca Nieves y los Siete Enanitos”, le dijeron que no era posible. Había demasiadas dificultades técnicas y además, según le insistieron los que conocían la industria del cine, nadie estaría dispuesto a aguantarse hora y media de dibujos animados. Blanca Nieves era “la locura de Disney”.

El Sr. Disney no perdió el ánimo por esto. Consideraba que tenía un buen plan. Creyó que podía llevarlo a cabo, y lo hizo. Lo hizo tan bien que la película produjo ganancias de ocho millones de dólares (en el año de 1938 cuando la entrada al cine valía 23 centavos de dólar para un adulto y sólo 10 centavos para un niño).

La actitud de “sí puedo” es importante en cualquier aspecto de la vida. Esto lo vi claramente en la escuela cuando dos compañeros míos tuvieron que cumplir un mismo requisito pero cada uno lo intentó con diferente actitud.

El campo de batalla era la clase de mecanografía y el requisito era escribir 40 palabras por minuto.

Uno de mis amigos no tardó en dar a conocer su opinión negativa. “No puedo... Nunca llegaré a escribir 40 palabras por minuto”, me decía.

Siempre encontraba algo que criticar. Se quejaba de las máquinas de escribir. Decía que el instructor le tenía mala voluntad. Para él, nada estaba bien. Se envenenó la mente. Se convenció de que no podría aprender... y no aprendió.

Mi otro compañero tampoco había utilizado nunca una máquina de escribir y consideró que esta materia era uno de sus grandes obstáculos. ¿Cómo era posible escribir 40 palabras por minuto? Necesitaba un plan.

Primero, decidió adoptar la actitud de “sí puedo”. Me dijo:

“Voy a dar todo lo que tengo. Puedo hacerlo, y lo voy a hacer”.

Segundo, sabía que tendría que hacer un esfuerzo especial para alcanzar su meta. Después de la clase, iba y practicaba horas enteras. Repasaba cada lección hasta dominarla.

También sabía que necesitaba ayuda para mantener el ánimo positivo y lograr su propósito. Le pidió ayuda a Dios y estaba convencido de que Dios lo ayudaría siempre y cuando él hiciera su máximo esfuerzo.

Durante los meses que estudió esta materia, conservó su actitud positiva.

Pronto su mecanografía empezó a mejorar. Al principio, sólo escribía 10 palabras por minuto, luego 20 y más tarde 30. Cuando llegó la hora del examen final, no escribió 40 palabras por minuto ¡sino 43!

La próxima vez que tengas un obstáculo, no te des por vencido. Nunca digas nunca. Concéntrate en lo positivo, no lo negativo. Haz un esfuerzo grande y pídele ayuda a Dios. Así estarás marchando hacia el éxito. ¡Tú sí puedes!