Dignidad

1/23/2008

Dignidad
Por Raquel J. López Oliver

En mi experiencia trabajando con jóvenes, particularmente con chicas, me he dado cuenta que en la búsqueda de quiénes somos y lo que queremos, muchas veces olvidamos nuestros principios básicos y ‘tambaleamos’ con nuestras convicciones. En ocasiones dudamos del lugar que podríamos alcanzar por miedo a quedarnos solas. Es por eso que quisiera hablar de una palabra que ya casi ni escuchamos: D.I.G.N.I.D.A.D.

Una de las historias que más ha impactado mi vida se encuentra en el libro de Ester. Me quisiera referir a la vida de la reina Vasti, quien más allá de las consecuencias, puso su dignidad como prioridad a pesar de las consecuencias.

El rey Asuero era un hombre poderoso, rico, orgulloso de su reinado y de su esposa, la reina Vasti. Es tanto así que cuando los invitados en sus fiesta habían pasado varios días festejando y tomando, él le ordenó a ella exhibirse ante ellos usando su corona real, o como algunas fuentes sugieren, usando ‘solamente su corona real’. Ella se rehusó a presentarse y a pesar de que aquí apenas comienza la historia me quiero mantener en el rehúso de la reina sin llegar a su reemplazo por Ester.

Vasti sabía con toda seguridad a qué se enfrentaría al negarse a ante el Rey. Demostró que consideraba de más valor su dignidad como mujer que el mismo favor del rey al exhibirse como objeto público. Para nosotros ese fue el final de su historia, para ella posiblemente fue el comienzo de su exilio y de el disfrute de una vida digna.

Estamos invadidas, saturadas e hipnotizadas por un modelo genérico, estandarizado y comercializado de lo que es ser una ‘mujer ideal’. Un ideal que viene desde las ‘nuevas modas de seducción’ en donde le decimos a los chicos ‘mírame pero no me toques’, un ideal que nos hace mirar a los chicos como objetos y no como seres que tienen sentimientos y emociones porque nos han hecho creer que ‘todos son iguales’, un ideal que nos hace pensar que el futuro se mide a base de probar relaciones y para ver cuál escoger.

Amigas, hermanas y chicas: ¡La dignidad no es mercadeable! La dignidad va por encima de decretos, modas, culturas y hasta subculturas. Sí, ya me imagino que quieres que te de mi definición de dignidad. En mi opinión dignidad es el valor que se le da a la vida. Según el diccionario Larouse la dignidad es una cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden.

Concluyo diciéndote que quienes somos ahora determina muchas cosas de nuestro futuro pero las circunstancias no necesariamente lo determinan. Posiblemente haya habido alguna ruptura en el noviazgo, o la figura de padre en tu hogar haya faltado, quizás te hayas sentido rechazada, en fin tantas situaciones en nuestras vidas que pueden estar pasando, pero quisiera que te grabaras esto: Así como Vasti, quien puso su dignidad por encima de su seguridad económica, matrimonio, amistades, modas, palacio, etc., debieran ser las circunstancias las que nos convenzan cada día a pensar que ¡nuestra vida se merece dignidad!

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