PREPARADOS PARA LA BATALLA
“¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.” (Juan 4:35)
Actuar: Ejercer actos o funciones propias de su cargo.
El pez no se preocupa por nadar, ni se esfuerza por hacerlo, el pájaro no se complica la vida por volar, sino que cada uno lo hace porque es una ley natural interna la que lo lleva a hacer eso. En estos días estamos viviendo unas experiencias a nivel mundial que alertan a cualquiera, guerras como nunca antes. EE.UU. luego de haber destrozado Afganistán está terminando con Irak, a lo que se sabe que sigue Irán, Corea del Norte... La ONU, que fue establecida para mantener la paz y la unidad entre los países, está tomando partido en esta destrucción masiva de gente. La República Popular de China está entrando en conflicto con Taiwán. Guerras. La Neumonía Atípica (el Sars) está dando una alerta mundial. Pestes.
“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.” (Mateo 24:7-8)
Entonces, podemos ver que todas las profecías del fin de los tiempo se cumplen al pie de la letra, todos están en una desesperación absoluta, no hay esperanza, todos corren, todos se llevan todo por delante, corren una carrera alocada, por la única carretera que se ofrece, corren por la autopista de la vida, corren hacia el lugar a donde todo ser humano va a parar naturalmente, corren hacia la puerta misma del infierno, sin esperanza, sin Dios. El tiempo hoy, más que nunca, se acaba. La cuenta regresiva ha comenzado, todo se está cumpliendo al pie de la letra, no hay escapatoria, en verdad todos pereceremos, todos moriremos... ¿TODOS? ¿ES QUE NO HAY MÁS ESPERANZA QUE PENSAR ASÍ?. Sabemos que no es así, porque en poco tiempo, muy poco, hoy más que nunca el acontecimiento de la historia más increíble está a las puertas de consumarse, sucederá lo que Pablo dijo: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos para siempre con el Señor.” Es decir, que antes de que el desastre real (La Gran Tribulación) comience, nosotros seremos arrebatados con el Señor. ¡Aleluya!
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio de todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
Sabemos por cierto que antes que todo esto acontezca, el Señor dará la última oportunidad a muchos que jamás han oído, posiblemente su ÚNICA oportunidad. El fin está cerca, no obstante, en el mundo hay solamente un 30% de los que se llaman “cristianos” (todo lo que se llame cristiano sobre la faz de la tierra, se cuenta en este 30%), hay un 70% que no ha conocido la salvación del Rey de Reyes. Entonces, decimos por un lado que Cristo viene, pero por otro lado vemos una realidad indeseable. El fin se acerca, al mal avanza, pero la Iglesia retrocede cada vez más. Falta poco tiempo, el mundo entero está apurado, Dios está apurado por la última gran cosecha, Satanás está apurado, porque sabe que le queda poco tiempo (Ap. 12:12), ¡pero el único factor que parece no estar apurado es la Iglesia de Cristo! Mientras el mundo entero se muere, la Iglesia sigue festejando... hay órdenes que están cambiados, pero deben volver a su sitio. De eso quiero hablarles en esta ocasión.
En el Libro del profeta Daniel, capítulo 11:32, él habla de algo que sucedería luego, hablando proféticamente de cómo Antíoco IV Epífanes tomaría el control de toda nación e imperio y aún querría someter la adoración de cada pueblo a lo que él quisiera. Específicamente, él se opuso y persiguió el judaísmo, no por antisemita, sino porque quería eliminar el culto a Dios. La profecía es preocupante a la verdad, el cumplimiento es lamentable, ver tanta gente muerta y tanta apostasía de la mano de un hombre, es algo terrible. Pero Dios avisaba algo, y era que en medio de tanta corrupción y maldad, habría un pueblo que lo seguiría a Él, que actuaría por Él. Eso se cumplió en Matatías y su familia con todos los que le siguieron reclutándose en las montañas, perdiéndolo todo, arriesgando sus vidas pero hicieron retroceder a este modelo del Anticristo del Antiguo Testamento... algo realmente asombroso, la decisión de esta gente. El mal avanzó hasta un punto, pero hubo un remanente, que conocía a su Dios que dijo: Hasta aquí, no más.
El pasaje dice lo siguiente: “Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.”
Ya vimos que actuar no es más que hacer lo que me corresponde por lo que soy. Soy pez, actúo (nado), soy ave, actúo (vuelo); es decir, hago lo que debo hacer por mi rango. Entonces, al hablar la palabra de un pueblo que conoce a su Dios y que actuará está hablando de que ese pueblo, por ser pueblo, hará lo que le corresponde como tal: DETENER EL MAL. Este esforzarse y actuar, se resume en una sola palabra: CELO. No hablo de “celos”, sino de CELO, es decir: fervor, decisión, devoción, amor por algo, defender lo que amo con mi vida... CELO. Pero la característica de ese pueblo es que LE CONOCERÍA. En Génesis 4:1 dice: “Conoció Adán a Eva...”, es decir que el mismo término se utiliza para hacer referencia al acto de intimidad dentro de la pareja, el matrimonio, en donde dos personas llegan a ser UNA. Entonces, si se dice que el pueblo conocería a su Señor, está diciendo que tendría intimidad con Él, que sería UNO CON ÉL. No habla de un pueblo que no tendría dificultades, sino que sería enfrentado, pues estaría en el medio del mismo problema que todos, pero que se diferenciaría por dos cosas consecutivas: 1) Conocería a su Dios, 2) Actuaría por Él. Ese actuar demandó inmolarse por la causa (ver la historia de los Macabeos, donde figura todo este acontecimiento). El pasaje menciona que “con lisonjas seducirá a los violadores del pacto”, hoy día Satanás ha seducido a la iglesia con lazos de seda, la ha atrapado suavemente, con afanes temporales, con cosas de la vida, y la Iglesia de Jesucristo hoy se ve inmovilizada por esas “pequeñas ataduras”, es decir, no tiene GRANDES ataduras, pero tiene millones de ataduras pequeñas que no le permiten moverse. El enemigo “con lisonjas ha seducido” y ha inmovilizado... es hora de que el pueblo que de veras “conoce a su Señor” se haga uno con Él y actúe. La palabra dice en Apocalipsis, hablando de este pueblo de vencedores, capítulo 12:11, que “ellos le han vencido (al diablo) por medio de la sangre del Cordero.”
El pueblo se esforzará... esto es muy aplicable a nuestros tiempos. Queda poco tiempo, el mal avanza y es hora de que el pueblo que de veras le conoce ACTÚE, se ponga en manifiesto que existe un remanente, que haga lo que le corresponde como pueblo.
*Ap.22:7: “Vengo pronto... bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro...” (perseverancia, fidelidad). *Dn.8:26. “Es para muchos días (aun falta)... Ap.22:10: “El tiempo está cerca...” Un contraste que nos muestra cómo las cosas avanzaron en el plano celestial. *vv.20: “Vengo en breve.” Una palabra de aliento, pero a la vez una advertencia.
¡¡QUEDA POCO TIEMPO!!
Mateo 24:10-14 da la descripción de lo que serán los últimos tiempos.
“Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio de todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
División en la Iglesia, un cuerpo fragmentado, traición entre los miembros, falsos ungidos que vienen en su propio nombre, frialdad, falta de amor... ¿estará llegando el fin? Por cierto, pero... ¿no sería lógico que haya un remanente que le conozca que se pare a detener el avance del mal? El amor de MUCHOS se enfriará. Sí, muchos, PERO NO TODOS. El remanente que conoce a su Dios se esforzará y actuará.
1) UNA IGLESIA DIVIDIDA: TIBIOS Y SIN AMOR SOLDADOS DE LA CAUSA.
Estamos invadidos de gente tibia, que ha menguado en su fe, que ha menguado en su amor, que ha menguado en todo lo que respecta a su devoción... HA MENGUADO. Lo lamentable es que no se contagia el fervor de los encendidos a los fríos sino que muchas veces es al revés.
LA TIBIEZA NO SOLAMENTE ES FALTA DE COMPROMISO, SINO COMPROMISO TAMBIÉN CON COSAS QUE NO APROVECHAN, PREPARACIÓN PARA MUCHAS COSAS QUE NUNCA SE HACEN... frialdad.
En Apocalipsis 2:2 habla de una Iglesia que estaba enredada en montones de cosas que creía que eran de Él, pero al fin de cuentas, no había compromiso con ÉL. Se perdió el amor, ya no soy UNO con el Señor.
Este tiempo se caracteriza por la pérdida de amor, la falta de amor por el Señor, el dejarse seducir por las lisonjas del enemigo... ¡pero es hora de levantarse, Iglesia! El dejarse seducir es para los violadores del pacto, ¡déjalo para ellos! Pero tú levántate y detén el mal. Dios está esperando poder echar mano de gente que se pare frente al diablo, con cara recia y le diga: HASTA AQUÍ LLEGASTE, PORQUE AHORA LLEGUÉ YO... Y TÚ TE TENDRÁS QUE IR. NO YO. Entonces, vemos una Iglesia que a simple vista es una, predomina la falta de amor y de compromiso con Él y los pocos que se levantan son muchas veces arrastrados por los que no se quisieron ni se quieren levantar, entonces encontramos la obra detenida y la batalla perdida en muchos frentes. Pero es hora de no mirar ya el error, sino dejarlo a un costado, pedir perdón, empezar otra vez, y actuar.
2) FORMADOS PARA LA BATALLA.
1 Samuel 17:1-11 habla de un caso que todos conocemos, cuando David estaba a punto de ir al encuentro de Goliat. En el verso 1 se menciona el conflicto, estaban en guerra, los filisteos estaban desafiando al pueblo de Israel, alguien tenía que hacer algo para detenerlo. Pero cuando el problema se presentó, dice que nadie respondió. Sí se dice que el pueblo de Israel estaba formado en orden de batalla, pero no dice en ningún momento que el pueblo haya salido de su formación para enfrentar el mal que se les venía encima, sino que tenían miedo. Desde Saúl, el líder de Israel, hasta el pueblo TODOS tenían miedo al ver al paladín enemigo, tan amenazante avanzando contra ellos. No había nadie que se moviera. Es decir, que no había nadie que estuviese aunado con Él, porque si lo hubiese habido, alguien se hubiese levantado, porque habrían entendido que el Señor no quería el oprobio para su remanente escogido Israel. Pero no, todos estaban enseñados, adiestrados, preparados y formados para algo que en definitiva no se hacía. El líder de Israel, ya no contaba con la presencia de Dios, tampoco se podía esperar victoria para el pueblo (16:14), estaban en desesperación: nadie conocía de veras a su Dios. Habían visto sus obras y sus maravillas, pero nadie estaba de veras en un pensar y un sentir con Él. Entonces nadie salía. ¿Miedo? ¡Claro! Es fruto de la amenaza cuando no está Dios de nuestro lado. Se parece a nuestro tiempo, la historia que estamos viviendo ahora: el enemigo avanza y avanza contra la Iglesia para poder seguir haciendo de las suyas en todo el mundo, pero la Iglesia, que se preparó, estudió, se capacitó, se perfeccionó, estuvo en este y aquel seminario, aprendió la Biblia de memoria, ¡NO SALE A ENFRENTAR AL ENEMIGO! Están <
Aparece otro personaje en escena: el “improvisado” de David.
3) LA PRESENCIA DE DIOS SOBRE UNOS POCOS.
1 Samuel, seguimos, capítulo 17, versos 26, 28, 32-37, muestran como este “improvisado” aparece en escena, demostrando dos cosas: Conocía a su Dios, Tenía su presencia. Contaba con su presencia, le conocía, un varón conforme al corazón de Dios, uno que se empedernía en conocer cada día más a su Dios, uno que no sabía mucho de manejo de armas de la milicia, no conocía la metodología real de la guerra, pero que se había enfrentado a los leones, a los osos, y a todos los había vencido. Este oso tenía forma de humano y medía unos tres metros, pero al fin y al cabo, sería uno más. Aparece la disparidad, uno que viene de paso y ve el problema, y que conoce que Dios está con Él, se mete y actúa, hace lo que el ejército debía haber hecho. No quisiera imaginarme la cara de asombro, pero a la vez de vergüenza del ejército e incluso de Saúl. Pero este muchacho, que era parte del remanente que conoce a su Dios, sin importar si estaba formado para enfrentar el problema, sin importar si había sido enseñado, si había aprendido las mejores metodologías habidas y por haber para hacerlo, lo hizo. No fue avalado por el pueblo, porque de pronto vemos que su hermano mayor lo humilló en público, que no se le estimó, los líderes le dijeron: estás loco, no podrás. El diablo le quiso poner cara fea y desanimarlo, pero lo que Él decía y a sí mismo se repetía era: ¡DIOS ESTÁ CONMIGO! Un hombre que conocía lo que Dios quería, que sintió como Él, y que no dejó que el enemigo siga trayendo oprobio sobre el pueblo. Lo que lo movía: CELO POR SU DIOS (verso 46). ¿Es que hoy no hay nadie que tenga celo por Dios suficiente como para enfrentar el mal que se viene? El desastre avanza en todos los términos, es hora de que ALGUIEN, o mejor dicho, que el remanente, actúe.
4) ACCIÓN INMEDIATA.
Este sujeto no se amolda a lo que se le dice. Cuando le quisieron investir de toda la formalidad que los demás usaban dijo: NO, PORQUE NO SÉ CÓMO USARLO, en el fondo se puede deducir un: NO, porque no voy a aprender todo lo que estos aprendieron, las formas de quedarse de brazos cruzados, tengo lo que me basta: A Dios de mi lado. Rechaza las formas (las pequeñas ataduras, que ya mencionamos), porque no se limitará a aprender a andar con eso para luego volver, no hay tiempo, es ahora o nunca, no seré la mejor opción de Dios, pero sigo siendo la opción de Dios. Si todos estos no se mueven, lo haré yo, pero alguien debe hacerlo, de lo contrario la causa quedará en vergüenza. Decisión, fe. Los versos 48 y 49 reflejan cómo él, sin vacilar ni un momento, no espera que el mal de un paso más, sino que avanza él diciendo: No más, ahora retrocederás tú, porque llegué yo.
Hoy es el día, más que nunca de que el pueblo que conoce de veras a su Dios se ponga en marcha y haga lo que debe, que el mal no siga sacando ventaja y avergonzándonos... porque el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Bendito sea Dios por el que entienda su responsabilidad y haga lo que debe por ser lo que es: si digo que soy pueblo, pero no hago lo que debo como tal, con mi vida desmiento lo que digo con mis labios. Dios nos ayude porque el tiempo ya se acorta. Remanente de Dios: ¡Firmes y Adelante!
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